Según la Agencia Noticiosa de Ahlul Bait (ABNA) - Karima Bennoune, Relatora Especial de Naciones Unidas en el campo de los derechos culturales, dijo el miércoles que las autoridades saudíes habían avanzado con la destrucción del antiguo Alamiya, conocido como al-Musawara, a pesar de los reiterados llamamientos de las Naciones Unidas para detener la demolición.
Según un comunicado emitido por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Bennoune acusó a las fuerzas de seguridad saudíes de "incendiar irreparablemente" edificios históricos y obligar a los residentes a huir de sus hogares.
"Estas destrucciones borran las huellas de este patrimonio cultural histórico y vivido y son claras violaciones de las obligaciones de Arabia Saudí bajo las leyes internacionales de derechos humanos", dijo el funcionario de la ONU.
Algunos edificios de la zona tienen más de 400 años de antigüedad.
Leilani Farha, Relatora Especial de la ONU sobre el derecho a una vivienda adecuada, también advirtió que el traslado en la región poblada por musulmanes shiítas "constituye un desalojo forzoso bajo la ley internacional de derechos humanos".
El 10 de mayo, al menos dos personas murieron cuando las fuerzas del régimen saudí abrieron fuego contra los residentes locales que estaban tratando de bloquear las excavadoras de arrasar al-Musawara.
Las fuerzas de seguridad equipadas con armas pesadas se han desplegado en Al Awamiyah de la Provincia Oriental desde el 10 de mayo, luego de fuertes enfrentamientos entre las fuerzas del régimen y los lugareños que protestaban contra la destrucción.
Fotos y videos han circulado en la red de bulldozers escoltados por vehículos blindados militarmente hacia los sitios de demolición.
Varios grupos de derechos humanos y activistas han expresado su profunda preocupación por las condiciones de vida de las personas en Al Awamiyah que sufren una grave escasez de agua y están utilizando generadores privados para producir electricidad.
La Provincia Oriental ha sido el escenario de protestas anti-régimen desde principios de 2011. Riyad ha intensificado las medidas de seguridad en la región de la mayoría musulmana shiíta. Los manifestantes quieren libertad de expresión, la liberación de los presos políticos y el fin del ejercicio de la discriminación económica y religiosa por parte de las autoridades.
Las manifestaciones se intensificaron en la provincia después de la ejecución de enero de 2016 por el régimen del respetado clérigo shiíta Ayatulá Sheij Nimr al-Nimr. Las protestas han sido enfrentadas con una fuerte represión por parte del régimen.
Jalil Sahurie
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