Según la Agencia Noticiosa de Ahlul Bait - (ABNA) - Según un reporte del Wall Street Journal, Goldman Sachs ha adquirido 2.800 millones de dólares en bonos de la compañía estatal Petróleos de Venezuela, con vencimiento en 2022. Antes que se hiciera pública la venta, los papeles habían estado en manos del Banco Central de Venezuela.
La operación oxigena momentáneamente la economía venezolana con unos 865 millones de dólares.
En medio de la convulsa situación política en el país producto de las protestas violentas convocadas por la oposición, que han dejado un saldo de más de 50 víctimas fatales y más de mil heridos; y un descalabro financiero tras la prolongada caída y leve recuperación de los precios del petróleo, la inyección de recursos es una buena noticia para el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La reacción inmediata de la derecha venezolana fue de rotundo rechazo a la operación.
El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, dirigió una carta de protesta al presidente de Goldman Sachs por considerar que la compra le arrojaba “un salvavidas al régimen de Maduro”, al que califica de “dictador”.
Que un banco inversor compre deuda a una empresa estatal pasa todos los días.
Pero dos aspectos hacen especial la operación de la que habla el medio estadounidense.
Primero, el momento en el que llega, con un gobierno en una situación muy comprometida y con escaso flujo de caja.
En segundo lugar, la tremenda rentabilidad para Goldman Sachs y el consiguiente perjuicio para las arcas futuras del Estado Venezolano.
Según algunos medios, la desesperación de Nicolás Maduro para evitar la quiebra de Venezuela ha llevado al líder chavista a lanzarse a los pies de Wall Street. Pero las condiciones impuestas por el banco estadounidense han sido draconianas: Venezuela deberá devolver cuatro veces el total prestado en apenas cinco años, es decir, un interés del 300% (¡vaya “salvavidas”!)
No obstante, el presidente de la Asamblea acusa al banco de ayudar a financiar la “brutal represión” contra los manifestantes, y le recuerda que el Parlamento investigará una operación que podría ir en contra del propio código de ética del banco, según el cual Goldman Sachs identifica potenciales violaciones de derechos humanos antes de hacer una transacción.
Borges advirtió en su carta a Goldman Sachs, que recomendarán a cualquier futuro gobierno democrático que sustituya al de Maduro, no reconocer ni pagar esos bonos.
Cabe destacar que la derecha venezolana ha llamado a los inversionistas internacionales a no adquirir bonos de Petróleos de Venezuela, para no ayudar al actual gobierno.
Sea como sea y estén ustedes del bando que estén, lo evidente es que estos buitres malnacidos de Goldman Sachs, sacan provecho de todo sin ningún tipo de escrúpulos ni ninguna filiación política…lo que hace aún más absurdo tomar partido por unos u otros…
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