¿Qué Sucede en el Golfo Pérsico?

Según la Agencia Noticiosa de Ahlul Bait (ABNA) - La acusación de que Doha ha estado ayudando a los combatientes de la resistencia de Ansarulá en Yemen es particularmente interesante dado que los soldados de Qatar han estado participando y sufriendo en nombre de la coalición militar liderada por Arabia Saudí en su guerra fartricida contra la empobrecida nación árabe. Esta es una historia de rápido desarrollo, pero ciertos elementos centrales de ella parecen haber tomado forma:
 
1) Es difícil evitar conectar los eventos del lunes con revelaciones sobre la piratería del correo electrónico personal de Yousef al-Otaiba. Los correos electrónicos filtrados muestran que Otaiba, embajador de los Emiratos Árabes Unidos en los Estados Unidos, ha estado presionando al gobierno de Trump para romper la alianza de larga data de Estados Unidos con Qatar. Los correos electrónicos filtrados sugieren que Otaiba ha tenido una relación cercana y continua con la Fundación para la Defensa de las Democracias, que incluye la colaboración en la formulación de políticas anti-Qatar.
 
2) La división de Arabia Saudí con Qatar podría parecer inconveniente, no sólo para Qatar, sino para Estados Unidos. La mayor base militar de Estados Unidos en la región está en Qatar, y el Pentágono y el Departamento de Estado han dejado claro que apoyan a Qatar, y esperan que este incidente explote con bastante rapidez. La relación de Estados Unidos con Qatar es una parte importante de su política regional. El Presidente Trump no dice nada que sugiera que él es consciente de ese hecho, y es prácticamente inaudito que Estados Unidos hable mal de cualquier país que albergue una base militar estadounidense de cualquier tipo.
 
3) Esa gran base es una gran parte del esfuerzo estadounidense de dominar la región bajo el pretexto de la guerra contra el DAESH, y algunos analistas advierten que esto podría ser un gran problema para el esfuerzo bélico de Estados Unidos de que repentinamente Qatar sea vilipendiado por sus vecinos árabes, lo que sugiere la falta de hostilidad de Qatar hacia Irán, otra cosa de la que se quejan los saudíes, podría finalmente empujarlos más hacia Irán.
 
4) El problema más grande es que los saudíes esperaban que los EE.UU. estuvieran de acuerdo con sus intentos de aislar a Qatar, y realmente se enojaron mucho cuando en última instancia EE.UU. no lo hizo, porque esto haría estorbo en el camino hacia la guerra. El secretario de Estado Rex Tillerson lo ha puesto en duda. Dado que las principales prioridades de Estados Unidos en la región son mantener la guerra y vender armas a los saudíes, cualquier cosa que no amenace ninguno de esos objetivos probablemente será ignorada.
 
5) La situación se ha ido un poco fuera de control y en muchos aspectos se remonta a los levantamientos de la primavera árabe a principios de la década y el apoyo general de los medios estatales de Qatar a los grandes movimientos de protesta que exigen reformas democráticas en Bahrein y Egipto. Eso no encajaba bien con las naciones más amigas del dictador en el Golfo Pérsico, o particularmente en Bahrein, que tenía una sangrienta represión de su propia marcha.
 
6) En Egipto, la Hermandad Musulmana ganó mucho en las elecciones y Qatar estaba ansioso por alinearse y establecer vínculos con esa nación. Los déspotas árabes, no tanto. Riyad, en particular, vio las elecciones libres como una gran amenaza para la Casa de Saud, y consideró a la Hermandad Musulmana virtualmente como una organización terrorista después de que asumió el poder en El Cairo, argumentando que el mismo escenario podría repetirse en Riad. El gobierno democrático egipcio cayó rápidamente ante un golpe militar, y Arabia Saudí y el resto del PCCG respaldaron a la nueva junta.
 
7) El resentimiento que rodea a Qatar se ha demorado, sin embargo, y cada vez que sus medios de comunicación estatales comienzan a transmitir algo un poco demasiado lejos fuera de la zona de confort saudí. El caso más reciente citó al Emir del Qatar en contra de un enfrentamiento militar contra Irán y el Frente de Resistencia, lo que enfureció a todos los estados del PCCG salivando por una nueva guerra sectaria, y rápidamente se escapó de control.
 
Hay otros elefantes en esta sala también:
 
- La crisis tiene sus raíces en la reciente visita del Presidente Trump a Riad. Durante su viaje, Trump aceptó plenamente la visión anti-iraní de los saudíes sobre la región, y este apoyo ha animado a los saudíes a tomar una línea más dura contra los estados árabes que se desvían de sus objetivos de política exterior: el Islam político e Irán.
 
- Qatar ha desempeñado un papel activo de apoyo y armado de grupos terroristas en Siria, incluido el Frente Nusra vinculado a Al-Qaeda e incluso DAESH, lo que les dio la ventaja de liderar la guerra de militancia contra Damasco. Tres años después de la crisis siria, los saudíes podrían transferir el papel principal a Riad, pero las tensiones se mantuvieron en los lazos entre los dos países árabes vecinos que se consideran pesos pesados ​​del PCCG. Sin embargo, en abril, según informes, Qatar estaba detrás de un acuerdo negociado para evacuar a cuatro ciudades sirias asediadas, un acuerdo que Doha habría alcanzado a través de negociaciones con Irán.
La cordial relación de Qatar con Irán es una de las principales quejas de Riyad.
 
- Qatar también ha apoyado al Hamas palestino, cuyo mayor patrón extranjero ha sido consistentemente Irán. Y con los saudíes uniéndose a Israel por su hostilidad compartida hacia Irán, Riyad ciertamente no habría visto favorable ese apoyo a Hamas. Así que la disputa es una distracción. Los israelíes están desesperados por hacer que los palestinos se subordinen a sus planes, incluyendo judaizar Jerusalén, y Hamas es el principal obstáculo. Están desesperados por ocultar su apoyo encubierto a los grupos terroristas en Siria. La distracción ofrece la oportunidad para ambos. Esto distraerá la atención de las naciones musulmanas de otros asuntos claves en la región, mientras ayuda a los EE.UU. a trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén Al-Quds.
 
- Rusia, Irán y Qatar son los primeros, segundos y terceros titulares de reservas de gas natural en el mundo, y en conjunto cuentan con más de la mitad del total mundial. Los principales exportadores de gas se han reunido informalmente durante varios años en el Foro de Países Exportadores de Gas (GECF), una agrupación que incluye a Venezuela, Nigeria, Argelia, Egipto, Indonesia y Libia. Irán quiere convertirlo en un organismo más formal similar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, el grupo de 13 miembros que toma decisiones sobre la producción que pueden influir en los precios del petróleo mientras que Qatar no es miembro. Está claro que cualquier tensión con otros miembros del GECF podría poner en peligro las perspectivas de futuro de Qatar en esta importante organización.
 
En cualquier caso, será difícil para los saudíes y otros aislar completamente a Qatar internacionalmente. Los qataríes tienen buenas relaciones con varias potencias internacionales y regionales, entre ellas Irán, Rusia y la Unión Europea. Si las cosas realmente se ponen difíciles, Doha será empujado hacia Teherán tanto económica como políticamente. Los saudíes están trabajando en su propio perjuicio.
 

Jalil Sahurie

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