Según la Agencia Noticiosa de Ahlul Bait (ABNA) - El Ministerio del Interior saudí afirma que los cuatro ciudadanos que fueron ejecutados en la gobernación de Qatif, habían atacado a las comisarías y a oficiales de patrulla.
Los manifestantes, que se quejan de la marginación en el reino gobernado por la dinastía Al Saud afiliada a la secta wahabí, han estado exigiendo reformas, la libertad de expresión, la liberación de los presos políticos, y el fin de la discriminación económica y religiosa contra la región rica en petróleo.
Sin embargo, el gobierno ha respondido a las protestas con una fuerte represión, pero las manifestaciones se han intensificado desde enero de 2016, cuando Arabia Saudí ejecutó al eminente clérigo shiíta, el Ayatulá Sheij Nimr al-Nimr, un crítico franco de las políticas del régimen de Riad. El movimiento provocativo aumentó aún más la tensión en toda la provincia. En los últimos años, Riad también ha redefinido sus leyes antiterroristas para también apuntar al activismo.
El pueblo de Awamiyah en la gobernación de Qatif también ha sido testigo de un aumento en las protestas contra el gobierno y la represión que siguió recientemente, cuando Riyad insistió en destruir el barrio histórico de Mosara, alegando que las calles estrechas del barrio se convirtieron en un escondite para los militantes que se cree que están detrás de los ataques a las fuerzas de seguridad en la región.
La comunidad musulnana shiíta de la provincia representa aproximadamente el 15 por ciento de la población de 33 millones de habitantes de Arabia Saudí.
Además, los terroristas de wahabi-takfiríes del DAESH también han asesinado a más de 40 musulmanes shiítas desde que el grupo terrorista comenzó una campaña de bombardeos y tiroteos en la provincia oriental en 2014.
Jalil Sahurie
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