Hay un pasaje en el Sagrado Corán:
«Hombres a quienes ni los negocios ni el comercio les distraen del recuerdo de Allah, de hacer la oración y de dar el zakat, temen un día en que los corazones y las miradas sean puestos del revés»
(24:37)
Recibieron la Luz Divina y se les reveló los secretos de la creación. Así mismo,elogió a la gente que siempre recuerda a Dios:
Ciertamente, Dios Ha dado a Sus Amigos el honor y el prestigio de traer la luz divina a la mente humana. Con su ayuda, aquellos que estaban sordos al razonamiento, serán capaces de oír y comprender Sus Órdenes.
Quienes estaban ciegos a las realidades y la verdad, podrán ver y se darán cuenta del bien que enseña la Religión y, aquellos que se comportaban como enemigos de Dios, se volverán obedientes y sumisos a Él.
Durante cada tramo de la historia de la humanidad y los intervalos entre los diferentes Profetas (P) hubo hombres a quienes Él reveló los secretos de la creación en forma de sabiduría, y como resultado de un pensamiento amplio y profundo, oyeron los secretos celestiales y vieron la Luz Divina.
Informaron a la gente de la Grandeza de Dios y les aconsejaron a recordar la importancia que Ha otorgado a los días de la vida propia, a temer Su Fuerza y Poder. En el desierto de la vida actuaron como guías. Apreciaron la moderación en la vida y dijeron a la gente, que la moderación conduce a la salvación. No favorecieron el fanatismo en la Religión o degeneración de la fidelidad. Advirtieron a la gente a evitar la vacilación y a temer extraviarse, o de otro modo, la condenación eterna sería lo que les correspondería. Por estos atributos, actuaron como faros en las tinieblas de la ignorancia y como guías en el laberinto de las perplejidades, de las dudas y la incredulidad.
Hay algunas personas piadosas que son tan devotas del Señor que han precedido Su Recuerdo a toda gloria y riqueza mundana. Ningún comercio, negocio y trabajo pueden mantenerles apartados de Él. Ninguna tentación de este mundo puede evitar que recuerden a Dios y le ofrezcan sus oraciones. Pasan sus vidas con el recuerdo de Dios. En palabras claras, advierten y amonestan, aconsejan a la gente contra la negligencia del deber hacia Dios y hacia el hombre. Persuaden a otros a seguir los principios de la equidad y la justicia, y ellos mismos actúan de acuerdo con ellos. Previenen a la gente del vicio y la maldad y ellos mismos se abstienen de ello. Llevan la vida como si no vivieran en este mundo, hubieran cortado toda conexión con sus zonas de influencia perversas y viciosas, por la causa del próximo mundo, como si ya hubieran visto -de hecho- con sus propios ojos las condiciones de la vida después de la muerte, como si conocieran completamente lo que ocurrirá durante el largo periodo que transcurre entre la muerte y la resurrección, y como si el Día del Juicio, hubiera traído sus promesas para ellos. Y así, informan a la gente de todos estos hechos y levantan las cortinas del misterio que cuelgan sobre ellos. Ven y escuchan lo que los otros no pueden ver ni escuchar.
Si pudierais ver su estado cuando toman en consideración sus acciones y encuentran en ellas errores de intención u omisión, cuando sienten que están siendo aplastados bajo el peso de vicios y pecados, cuando se apenan sobre su triste suerte y se dirigen unos a otros de forma modesta y cuando imploran a Dios Misericordioso que Se apiade de ellos, que Les perdone y Les ayude a llevar una vida piadosa. Cuando los veis en tal estado, sentís que son realmente faros de Luz Divina, están rodeados de ángeles y dotados de paz y contento, tienen las puertas del Paraíso abiertas para ellos, son favorecidos por Él con honor y gloria. Es un hecho que Dios los considera con favor, Está Contento con sus acciones, esfuerzos, empeños y Mira con agrado la posición de honor y dignidad que tienen asignada en Su Reino. Ha Premiado sus oraciones y perdonado sus defectos.
Ellos sienten que necesitan más de Su Misericordia, Bondad y son absolutamente humildes ante Su Fuerza y Gloria. Los largos periodos de sufrimientos y pruebas por la causa de Dios, les ha dejado con corazones tiernos, y el excesivo pesar por causa de sus errores pasados han hecho que tengan un aspecto frágil. Aceptan toda lección que les lleve más cerca de Su Reino. Imploran de Aquel Cuyas Generosidades no hay límites, y de Cuya Puerta nadie ha vuelto decepcionado o desalentado.
Por vuestro propio bien, tomad en cuenta vuestras propias acciones y pensamientos. Encaminaos vosotros mismos antes de que seáis examinados y antes de que os llamen al Día del Juicio.
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