Según la Agencia Noticiosa de Ahlul Bait (ABNA) - Aunque se desconoce su identidad, todavía se mantiene la hipótesis del conductor suicida en el atentado a la AMIA.
La Unidad Fiscal de Investigaciones del caso AMIA (UFI-AMIA) recibió el viernes pasado los resultados de un estudio de ADN hecho por el FBI. El punto clave del análisis de la agencia norteamericana fueron dos restos humanos encontrados originalmente durante las autopsias, cerca de las víctimas o directamente adheridos a los cuerpos de los que murieron en el atentado. Esos dos restos se compararon con el perfil genético de uno de los hermanos de Ibrahim Berro, mencionado como el conductor suicida por el fallecido fiscal Alberto Nisman a partir de informes norteamericanos e israelíes. El estudio dio negativo, es decir que esos restos no se corresponden con Berro. El resultado lleva a que se caiga, al menos por ahora, una de las principales hipótesis de Nisman. Desde ya que sigue vigente la posibilidad de que la camioneta haya estado conducida por un suicida, pero se reducen las chances de que ese conductor haya sido Berro.
ADN
Los titulares de la UFI-AMIA, Roberto Salum, Leonardo Filippini y Santiago Eyherabide pusieron mucho énfasis en utilizar la genética para avanzar en la investigación. Nisman fue reacio a utilizar las técnicas más modernas, en especial la genética, que avanzó en forma espectacular en los 23 años transcurridos desde el atentado. Están quienes dicen que el fiscal no quiso recurrir a estas técnicas para no poner en duda su investigación: este periodista, que tuvo trato personal con el fiscal, le insistió varias veces a Nisman para que se hagan los estudios de ADN de todos los restos e incluso el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), de prestigio mundial, se puso a disposición.
Una cuestión elemental del uso del ADN era la identificación de un cuerpo encontrado entre los escombros de la AMIA; la famosa víctima 85. Gracias a que los nuevos fiscales recurrieron a la genética se pudo saber que ese cuerpo correspondía a Augusto Daniel Jesús, hijo de otra víctima del atentado. Nisman decía que se trataba de un obrero boliviano, pese a que el individuo, masculino, medía 1,85 metro, algo inusual en las personas provenientes del Altiplano. Más de 20 años después del atentado, Augusto Jesús pudo ser enterrado con su nombre y por fin se pudo poner en la AMIA la placa con su verdadera identidad.
Otro elemento clave de la investigación consistía en buscar el perfil genético de todos los restos humanos que se encontraron y ver si se correspondían con las familias de las víctimas. La UFI-AMIA se puso en marcha para hacer ese estudio y se encontraron dos restos que no eran compatibles con los fallecidos. Eso abrió las puertas, como evidencia científica, a la existencia de un suicida y, también a verificar la hipótesis de Berro.
FBI
Los informes norteamericanos e israelíes mencionaron a Ibrahim Berro como posible suicida dado que murió en el sur de El Líbano, el entierro parece que no fue de cuerpo presente y estuvo el máximo líder de la organización Hezbolá, Hassan Narsrallah. Nisman viajó a Chicago y con la ayuda del FBI y una jueza norteamericana entrevistó a Hassan y Abbas Berro, dos hermanos de Ibrahim que vivían en Estados Unidos. Lo asombroso es que volvió a la Argentina, convocó a una conferencia de prensa el 11 de noviembre de 2005 y anunció a los cuatro vientos que los hermanos confirmaron que, efectivamente, Ibrahim fue quien se estrelló contra la AMIA.
Las dudas surgieron cuando al día siguiente ambos hermanos se contactaron con radios argentinas y negaron en forma rotunda que ellos hayan declarado eso. En principio se barajó la posibilidad de que Abbas y Hassan se hayan asustado y no querían aparecer como delatores contra Hezbolá, la organización en la que militó Ibrahim. Sin embargo, este diario accedió en su momento a la declaración judicial de los hermanos Berro y, tal como dijeron públicamente, bajo juramento, negaron en forma enfática que Ibrahim haya estado en la Argentina o que fuera el suicida. Según ellos, su hermano murió en El Líbano, como producto de combates con fuerzas israelíes en la frontera Sur.
Informe
Durante la semana que pasó, la UFI-AMIA incorporó al expediente un informe producido por el FBI. La agencia estadounidense logró que uno de los hermanos –que quedaron muy enojados por lo ocurrido en 2005– se prestara a la prueba genética. El perfil de Hassan se comparó con los dos restos no vinculados a las víctimas que se encontraron en una especie de tacho, dentro de una heladera, en el laboratorio de la Policía Federal.
El resultado negativo del estudio indica que, en principio, Ibrahim Berro no fue el suicida, aunque siempre existe la chance, muy pequeña, de que los restos no se correspondan con alguien que estaba en la camioneta. Desde ya que la explosión fue tan potente que difícilmente haya sobrevivido alguien que estaba tan cerca del núcleo de la deflagración y de las víctimas. Además, por ADN quedó claro que no se corresponde con ninguno de los fallecidos. De todas maneras, el desmentido respecto de Berro ya llegó por dos vías. La declaración de los dos hermanos y ahora con el estudio genético.
Hay otra vertiente de la investigación que todavía está en marcha y que tiene que ver con pequeñas manchas de sangre encontradas en uno de los pedales de la camioneta Renault Trafic y en una alfombra. Los científicos estaban intentando obtener una muestra y el perfil genético respectivo. En la causa AMIA trabaja un verdadero seleccionado argentino en la materia: el EAAF; el laboratorio de genética de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, que dirige el doctor Daniel Corach, y el Cuerpo Médico Forense. El camino no es sencillo, pero lo hecho hasta el momento demuestra que todavía hay pasos por dar.
AMIA: Más Dudas sobre el Chofer Suicida (Nota de 2006)
Un documento interno del Ministerio de Justicia al que accedió LA NACION revela que las declaraciones de dos libaneses tomadas el año último en Estados Unidos en la causa de la AMIA contradicen el posterior anuncio del fiscal federal Alberto Nisman, quien, basándose en ese encuentro, anunció que finalmente se había logrado identificar a Ibrahim Hussein Berro como el presunto conductor suicida que voló la mutual judía el 18 de julio de 1994.
En el documento de fines del año último se lee que el 15 de septiembre de ese año los hermanos Hassan y Abbas Berro declararon en Michigan, Estados Unidos, ante Nisman y Marcelo Martínez Burgos, titulares de la Unidad Fiscal AMIA, y la fiscal de Michigan, Barbara McQuade, y desvincularon por completo a su hermano Ibrahim Berro como chofer suicida de la camioneta Trafic.
Incluso, uno de ellos aseguró haber estado con Ibrahim una o dos semanas antes de su muerte, ocurrida el 9 de septiembre de 1994. Es decir, lo habría visto después del atentado contra la AMIA. Ibrahim Berro -explicaron sus hermanos- habría muerto durante un ataque israelí en el pueblo libanés de Talousah. Aparentemente, combatía para el grupo Hezbollah, acusado por la justicia argentina de ejecutar el atentado.
Los hermanos Hassan y Abbas Berro, que son ciudadanos norteamericanos, sostuvieron que Ibrahim era un discapacitado físico porque fue víctima de una explosión en el Líbano que lo dejó rengo y le afectó un pulmón.
Sin embargo, el 9 de noviembre del año pasado y con el impulso del Gobierno, que ese día había recibido a autoridades del influyente Comité Judío Americano, quienes entregaron una plaqueta de reconocimiento a la primera dama, Nisman convocó a una conferencia de prensa y anunció que habían identificado al conductor suicida como Ibrahim Berro, de 21 años, gracias a los testimonios y dos fotografías aportados en Michigan por sus hermanos.
Nisman agregó que se le habían exhibido las fotos a Nicolasa Romero, una mujer que dijo haber visto al conductor antes de la explosión, y que ella respondió que "tiene un gran parecido".
Pero lo que declaró la mujer ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral el 23 de septiembre del año pasado cuando le mostraron las fotos de Berro fue, según el acta, que no lo reconocía "como el chofer". Ante este fracaso, le mostraron el identikit que ella dictó el 21 de julio de 1994 y volvieron a exhibirle las fotos. "Veo un parecido en el rostro y la contextura de la cara -dijo entonces-, pero no estoy ciento por ciento segura."
A todo esto, el identikit es de frente y ella al chofer lo vio de perfil, y cuando declaró en el juicio oral manifestó que el identikit "se parece muy poco" al chofer. Por otra parte, el acta de hallazgo del motor con el número de la Trafic se probó falso.
"Ratifico lo que dije"
Casualmente, Nisman disertó el viernes 5 sobre la causa AMIA ante el Comité Judío Americano en Washington. Cuando Kirchner recibió el año pasado al presidente de la entidad, David Harris, y a otros directivos, les anticipó que esa tarde Nisman haría importantes anuncios.
Ayer, LA NACION consultó a Nisman sobre los dichos de los hermanos Berro que refutaban sus anuncios.
"No es así -respondió- y ratifico todo lo que dije en la conferencia de prensa. Tenemos avances y se robusteció esta línea. Somos optimistas.
-¿Qué avances se registraron?
-No se lo puedo decir porque conspiraría contra la investigación.
Al día siguiente de la conferencia de prensa, Abbas Berro negó el anuncio de los fiscales: "Estoy shockeado porque cambian la verdad. Ibrahim no cometió ese crimen. Murió en el Líbano luchando por la libertad".
Las declaraciones que cita el documento interno del Ministerio de Justicia parecen darle la razón.
Allí se lee que los hermanos Berro aseguraron que Ibrahim murió en combate en el Líbano el 9 de septiembre de 1994 y que así lo anunció Hezbollah, y que el cuerpo no apareció. En este punto se basó Nisman.
Hassan declaró que, mucho antes, Ibrahim quedó "malherido" al pasar junto a un auto que estalló. Caminaba mal y le costaba respirar pues "perdió la mitad de los pulmones".
Parece que Ibrahim Berro no figuraba en las listas del FBI porque Hassan dijo que en septiembre de 2005, once años después de su muerte, Estados Unidos le otorgó una visa para radicarse en ese país.
Por su parte, Assad Berro testimonió que Ibrahim "era discapacitado. Fue herido a los 15 o 16 años por un coche bomba en la guerra civil del Líbano. Tenía problemas en la espalda, pulmón y rodilla y caminaba como un cojo. Tenía muchas ganas de ir a Estados Unidos a trabajar. Por su baja educación no era capaz de planear ni realizar un ataque así".
Assad agregó el golpe de gracia: "Una semana o dos antes de morir" Ibrahim, en septiembre de 1994, "lo vio en su casa" del Líbano.
El comunicado difundido por los fiscales en su conferencia de prensa señala que "para la época del atentado" Hassan y Abbas Berro "ya no lo veían" a Ibrahim. No, Assad declaró que lo vio después del atentado.
Al promediar su interrogatorio, Hassan Berro perdió la paciencia y estalló: "No puedo soportar más de ustedes. No sé qué está pasando".
El recorte de datos para promocionar avances fue una constante en la causa cuando estaba a cargo del juez Juan José Galeano y los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia.
Nisman se incorporó al equipo de Mullen y Barbaccia cuando estaba por empezar el juicio que tiró abajo la investigación de ambos fiscales y Galeano. La sentencia del Tribunal Oral N° 3 cuestionó varias veces a Nisman por efectuar "valoraciones parciales y arbitrarias de las pruebas" y habló de su "irregular proceder".
Su Unidad Fiscal tiene delegada la investigación del caso desde 2004. Cuenta con alrededor de 30 personas y los sueldos de siete secretarios que rondan los siete mil pesos los paga el Ministerio de Justicia, expresó una fuente de la Justicia.
Por Jorge Urien Berri De la Redacción de LA NACION
© 2005-2017 AhlulBait News Agency. Todos los derechos reservados. Se autoriza la reproducción, traducción o distribución de esta noticia sin modificar el contenido y citando la fuente ABNA24 y el autor/traductor.
/112