En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
إِذ قالَتِ المَلائِكَةُ يا مَريَمُ إِنَّ اللَّهَ يُبَشِّرُكِ بِكَلِمَةٍ مِنهُ اسمُهُ المَسيحُ عيسَى ابنُ مَريَمَ وَجيهًا فِي الدُّنيا وَالآخِرَةِ وَمِنَ المُقَرَّبينَ
Cuando los ángeles dijeron: «¡María! Alá te anuncia la buena nueva de una Palabra que procede de Él. Su nombre es el Ungido, Jesús, hijo de María, considerado en la vida de acá y en la otra y será de los allegados. (Corán; 3:45)
Como latinoamericano musulmán, comparto la alegría y la celebración de mis amigos cristianos. Y esta armonía interreligiosa entre las dos religiones más grandes del mundo no es un fenómeno nuevo. Fue ejemplificado por el mismo fundador del Islam.
Cuando el Profeta Muhammad (Bpd) recibió su primera revelación en La Meca alrededor del año 610 DC, una de las primeras personas en las que confió revelar y hablar sobre su experiencia fue el primo de su esposa, Waraqa Bin Nawfal. Waraqa era un cristiano nestoriano y estudioso de las escrituras judías y cristianas. Al conocer el encuentro del Profeta Muhammad (Bpd) con el Arcángel Gabriel, reconoció su misión divina y predijo que sería expulsado de su ciudad, similar a la mayoría de los demás profetas anteriores a él.
Waraqa tenía razón. Tan pronto como el Profeta Muhammad (Bpd) anunció su misión profética de reforma, la oposición comenzó a aumentar.
Cuando la persecución se salió de control en La Meca, el Profeta Muhammad (Bpd) les pidió a sus seguidores que migraran a Abisinia, donde el justo rey cristiano Negus “no toleraría ninguna injusticia”, dijo. Cuando los musulmanes fueron presentados ante el rey, les preguntó sobre sus creencias en general, pero particularmente sobre Jesucristo. El líder de la delegación musulmana recitó un capítulo entero del Corán dedicado a María (La paz sea con ella). El rey comenzó a llorar, luego se volvió hacia el emisario mecano que había venido a pedir que los musulmanes fueran entregados, y dijo:
“En verdad, este (Corán) y lo que Jesús trajo provino de la misma fuente de luz … Puedes irte, por Dios no los entregaré; no serán traicionados”.
De este modo, permitió que los musulmanes vivieran en su país con total libertad.
Después de algunos años, el Profeta Muhammad emigró a Medina y fue ungido como jefe de estado. Muchas delegaciones cristianas vendrían a visitarlo a su mezquita. Él fue muy acogedor con ellos. Cuando uno de esos enviados le pidió un lugar para orar, él no los envió a la luz pública. En vez de eso, les presentó su propia mezquita para que rezaran, diciendo: “Dirijan su servicio aquí en la mezquita. Es un lugar consagrado a Dios”.
En la Carta de Medina, garantizó la igualdad de derechos y libertades a cristianos y judíos. También prometió protección a varios monasterios cristianos. En uno de esos pactos, ordenó a los musulmanes que garantizaran las libertades religiosas de los cristianos para todos los tiempos venideros. Él dijo:
“Los cristianos son mis ciudadanos, y por Dios, me opongo a todo lo que los desagrada. No hay compulsión en ellos. Tampoco sus jueces deben ser removidos de sus trabajos ni sus monjes de sus monasterios. Nadie debe destruir una casa de su religión, dañarla o llevar nada de ella a las casas de los musulmanes.
Los musulmanes deben luchar por ellos. Si una mujer cristiana está casada con un musulmán, no se llevará a cabo sin su aprobación. Ella no debe evitar visitar su iglesia para orar. Sus iglesias deben ser respetadas. Ninguno de los musulmanes desobedecerá este pacto hasta el último día”.
La gran mayoría de los musulmanes de todo el mundo mantienen muy querido este pacto. Desafortunadamente, hay personas en el “mundo musulmán” que lo rompen al perseguir a los cristianos e impedirles construir iglesias o celebrar la Navidad. Estas personas se rebelan contra el ejemplo del Profeta Muhammad, y las claras enseñanzas del Corán, que instruyen a los musulmanes a proteger las iglesias y las sinagogas (Corán; 22:41) y defienden la libertad de religión.
Compañeros y amigos cristianos, les deseo lo mejor y comparto su alegría este día y que el mensaje de paz universal de Jesús (La paz sea con él) pueda ser alcanzado en el año venidero, y espero que acepten mis cálidos deseos y oraciones.
إِنَّمَا المُؤمِنونَ إِخوَةٌ فَأَصلِحوا بَينَ أَخَوَيكُم ۚ وَاتَّقُوا اللَّهَ لَعَلَّكُم تُرحَمونَ
En verdad, los creyentes son hermanos, así pues, poned paz entre vuestros hermanos, Y sed temerosos de Dios para que, quizás asi, se tenga misericordia de vosotros. (Corán; 49:10)
¡Feliz Navidad!
Jalil Sahurie
Qom, 24 de diciembre 2017
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