¿Por qué los cascos blancos en Siria causan más daño que bien?

Los cascos blancos (The White Helmets), que ganó un Oscar al mejor corto documental que muestra sus operaciones diarias en 2017, ha sido acusado previamente de falsificar información sobre su trabajo en Siria y de realizar intentos de «rescate» en sus videos para propaganda. Las conocidas imágenes, que muestran a un niño cubierto de cenizas y herido en un presunto ataque de la fuerza aérea rusa en el barrio controlado por militantes Karm al-Qaterji, también parecían falsas. RT publicó una entrevista con el padre del «símbolo del sufrimiento de Aleppo», que reveló que los voluntarios de White Helmets habían manipulado al niño herido para que lo fotografiaran en lugar de ofrecer ayuda inmediata, amenazando a su padre para evitar cualquier exposición no deseada a los medios. Siria ha negado reiteradamente las denuncias de uso de armas químicas, y ha subrayado que no tenía armas de destrucción en masa, lo que fue confirmado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). El 4 de abril de 2017, la Coalición Nacional para las Fuerzas Revolucionarias y de Oposición Sirias, con el apoyo de los Estados Unidos, acusó a Damasco del incidente de Khan Sheikhoun en la provincia de Idlib, que dejó 80 muertos y 200 heridos. Los gobiernos occidentales culparon a Bashar al-Assad de ser responsable del uso de gas sarín, una acusación que él negó con firmeza. Como reacción al incidente, Estados Unidos, al no tener pruebas del uso de armas químicas por Damasco, lanzó 59 misiles de crucero Tomahawk en el aeródromo del gobierno sirio en Ash Sha’irat el 7 de abril.