EEUU orquestó la Operación Ciclón el 3 de julio de 1979, enviando a 30.000 mercenarios armados a Afganistán. Su objetivo era arrasar el país, difundir el terror, violar a miles de mujeres, decapitar a miles de hombres y provocar la huida de cerca de 18 millones de personas de sus hogares. Un drama humanitario que continúa hasta hoy. El objetivo final era derrocar el gobierno marxista del Doctor Nayibolá y tender una trampa militar a la URSS: convertirlo en una guerra que le desangrara económicamente. Y lo consiguieron.
Imagen: “Dalton Fury” vía Wikimedia Commons
El terrorismo “wahabí”, por tanto, no sólo fue financiado por Estados Unidos. Fue su creación.
Estamos obligados a reflexionar acerca del vicio sistémico de los gobernantes occidentales y de los wahabíes radicales. Sobre la necesidad de manipular a su población para conservarse en el poder y de atacar al otro para sembrar el miedo en su propia población. Pero también, y especialmente, sobre la impagable ayuda que unos y otros se aportan mutuamente en términos políticos.
Para entenderlo aún mejor es esencial conocer la teoría del Choque de civilizaciones. Éste es el nombre que recibe una teoría acerca de las relaciones internacionales. Tal como se conoce hoy en día, fue formulada en un artículo de Samuel Huntington publicado en la revista estadounidense Foreign Affairs en 1993, y transformado posteriormente en un libro en 1996.
Gracias a estas estrategias militares focalizadas en “civilizaciones” de uno y otro bando, consiguieron dividir a los pobres y desheredados de Occidente y de Oriente para que lucharan entre ellos en lugar de entre las clases dominantes que les estaban oprimiendo en sus propios países. Ambos formaban parte de los batallones militares que se enfrentaron en Afganistán, Irak, Yugoslavia, Yemen, Libia y Siria.
Actualmente, sigue vigente esta estrategia y artículos especializados en The Telegraph ya advertían desde hace unos años de la situación. Estos artículos han provocado que a raíz de las tensiones entre Occidente y Rusia, se empiece a hablar de nuevo de Guerra Fría. La agencia Reuters y The Independent se suman a la preocupación y se planteaban el año pasado que la temida contienda quizá ya había empezado en Siria e Irak. El periódico ruso ‘Moskovskii Komsómolets’ analizó con expertos en relaciones internacionales cinco escenarios que podrían derivar en una contienda global.
“La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para el provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran” Paul Valéry
La periodista Naomi Klein lo define muy claramente en su libro “La doctrina del shock“, donde expone la tesis de que el capitalismo sabe aprovechar las crisis para reforzarse a sí mismo. Incluso el ex primer ministro británico Tony Blair pidió disculpas por primera vez desde 2003 por los errores cometidos durante la guerra de Irak y admitió que el conflicto pudo haber provocado el ascenso del autodenominado Estado Islámico (EI) o DAESH.
¿Por qué durante 15 largos años no han podido acabar con unos miles de hombres aparentemente mal armados, mal organizados y sin tecnología ni inteligencia artificial?
Revisando (y corrigiendo) lo que nos contaron de la historia:
– La CIA en 2001 había implicado al gobierno de Arabia Saudí en el atentado del 11S y descartó la implicación de los talibanes afganos. Sin embargo, EEUU decidió invadir Afganistán.
– Quedó demostrado que a pesar de la invasión, Irak no tenía armas de destrucción masiva. El único país en Oriente Próximo que dispone de ellas (de forma ilegal) es Israel. Pero cuenta con el beneplácito de EEUU y Francia.
– Las cartas con ántrax que en EEUU mataron a 5 personas en 2001, no las enviaba Saddam Hussein como afirmó Colin Powell. El autor fue Bruce Ivins, biólogo de los laboratorios militares de Fort Derrick, Maryland, quien “se suicidó” en 2008.
– Mintieron sobre la muerte del “agente de la CIA” Bin Laden. Sin embargo, la ex primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto, ya había afirmado el 2 de noviembre del 2007 que el saudí había sido asesinado, por un posible agente del MI6. Benazir fue asesinada casi un mes después de esta revelación. Mantener la creencia de que Bin Laden seguía vivo durante ocho años le sirvió al gobierno de EEUU aumentar el presupuesto del Pentágono. Ese presupuesto fue destinado a incrementar los contratos de armas de las empresas Boeing, Lockheed Martin, Raytheon, etc.
– La OTAN también envió a esta corporación terrorista internacional de mercenarios wahabíes (mal llamados yihadistas) a Yugoslavia con el nombre del Ejercito de Liberación de Kosovo; luego a Libia con el nombre de “Ansar al Sharia“, y a Siria, donde comenzaron siendo reconocidos como los “rebeldes”.
“Si Washington hubiera financiado y armado antes y mejor a los insurgentes sirios cuando empezaron las protestas contra Al Assad, el DAESH no estaría avanzando en Oriente Medio. El fracaso a la hora de ayudar a construir una fuerza de combate creíble con los autores de las protestas contra el presidente sirio, Bashar al Assad, […] dejó un gran vacío que los yihadistas ahora han llenado” Hillary Clinton, ‘The Atlantic’.
Marcela Hidalgo
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