A través de su portavoz, Bahram Qasemi, la Cancillería iraní ha considerado los atentados como un acto “inhumano y completamente brutal” que este viernes ha dejado al menos 49 muertos y 20 heridos en estado crítico.
Conforme enfatizó el diplomático persa, resulta imprescindible que el Gobierno de Nueva Zelanda castigue a los responsables de este acto racista de manera más rápida y justa.
“Cualquier acto terrorista en donde quiera y por quienquiera, por cualquier pretexto y motivo debe ser condenado por todos los países, y los gobiernos no deben permitir que las corrientes y pensamientos racistas y antislámicos pongan en peligro la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos de los países”, ha subrayado Qasemi.
n los últimos años, los ataques islamófobos de extrema derecha han ido en aumento en diferentes países occidentales, como Estados Unidos, Francia, España y Alemania.
La ola de islamofobia y el odio racial ha aumentado también en Australia —país de origen del autor del ataque terrorista en Nueva Zelanda—, donde según un estudio elaborado por la Universidad de Sídney Occidental, la Universidad australiana de Charles Sturt y la Academia australiana de Ciencias Islámicas de Investigación, la comunidad musulmana sufre de tres a cinco veces más racismo y discriminación que el resto de la población de ese país.
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