Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - “El ataque aéreo de hoy fue la mayor ofensiva desde el comienzo de la agresión dirigida por Arabia Saudí contra el pueblo de Yemen. Esta operación que ha sido denominada como la operación de equilibrio disuasorio demostró que ellos no han logrado que el pueblo de Yemen se rinda”, ha dicho este sábado el líder del movimiento popular yemení Ansarolá, Abdulmalik Al-Huzi.
Al-Huzi ha hecho esta declaración en la misma jornada en que la unidad aérea de Yemen atacó con 10 drones la refinería saudí Shaiba —vinculada a la gigantesca compañía petrolera Aramco— en el este del reino, cerca de las fronteras de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Según ha detallado Al-Huzi, la ofensiva en cuestión constituía un mensaje a los Emiratos Árabes Unidos. Asimismo, Yemen ha advertido este sábado que EAU será el próximo objetivo del Ejército yemení después del ataque con drones contra Shaiba.
El líder de Ansarolá ha asegurado que la continuidad de la guerra “nunca hará que los yemeníes se rindan”, por el contrario, impulsará el poderío defensivo de este país. Asimismo, ha indicado que todas las operaciones de Yemen se producen dentro del marco del legítimo derecho de este país a reaccionar a la agresión y los crímenes de los agresores.
“Nunca cumplirán sus deseos, recurriendo a los crímenes, las agresiones y la violación de la soberanía de Yemen. Los invasores contra el pueblo de Yemen y los autores de la destrucción de este país nunca tendrán legitimidad”, ha vaticinado.
Para Al-Huzi, la agresión de Riad y sus socios contra Yemen desde marzo de 2015 persigue “la ocupación, la balcanización y el robo de las riquezas” de este país.
No obstante, ha dicho que los invasores “se encuentran atrapados hoy en la crisis de Yemen, de la cual buscan una salida”.
El Sayyed Al-Huzi, asimismo, ha alertado a Riad y Abu Dabi de que sus “pérdidas económicas aumentarán en caso de que continúe sus agresiones” y de que EE.UU. les seguirá explotando.
De esta manera, ha hecho referencia a los millonarios acuerdos de venta de armas de EE.UU. con la monarquía saudí, calificado por Washington de una “vaca lechera”.
La agresión saudí contra Yemen, iniciada en marzo 2015, ha causado más de 91.000 muertes en el país más pobre del mundo árabe. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que, si la guerra no se detiene, la cifra de víctimas mortales llegará a 500.000 para finales del año 2020.
En reacción a esos crímenes, cometido con la luz verde de EE.UU., las tropas yemeníes han intensificado sus ataques de represalia contra centros militares y aeropuertos saudíes y han advertido de que se producirán “grandes sorpresas” en el futuro, si Arabia Saudí y sus aliados no ponen fin a sus bombardeos y bloqueo aéreo y naval contra su vecino sureño.
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