Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - El Líder Supremo de la República Islámica de Irán afirma que el país nunca gastará sus recursos ni su tiempo en desarrollar armas nucleares, ni tampoco para su almacenamiento, ya que su uso está prohibido por el Islam.
Durante un encuentro mantenido este miércoles con unos 2000 miembros de la élite científica del país en Teherán (capital), el Imam Jameneí ha resaltado la firme postura de la República Islámica en respetar la prohibición de la fabricación de bomba atómica, derivada de las directrices del Islam.
“Aunque podríamos ir por este camino, declaramos que el uso de esta arma es prohibido, de acuerdo con las directrices del Islam, por lo que no hay razón alguna para gastar en el desarrollo y el almacenamiento de un tipo de arma que está absolutamente prohibida”, ha insistido el Líder Supremo.
Al respecto, el Líder Supremo de la Revolución Islámica de Irán ha denunciado que la sed del poder de los países occidentales llevó a la creación de las armas nucleares.
“Cuando la importante y beneficiosa ciencia nuclear se mezcló con (…) la sed de poder, terminó en el desarrollo de armas nucleares y se convirtió en una gran amenaza para el mundo y la humanidad”, ha indicado el Imam Jameneí.
El Líder Supremo ha hecho notar que la ciencia, sea cual sea, podrá beneficiar verdaderamente al ser humano, si es usada basándose en “la correcta cultura del humanitarismo”.
El Líder Supremo ha expresado su satisfacción con el ámbito iraní-islámico en que trabajan los científicos en sectores de las células madre, la nanotecnología, la biotecnología y nuclear, y ha considerado “necesario” la creación de tal ámbito en todas las universidades.
De igual modo, ha considerado “impresionantes” los avances científicos logrados en las cuatro décadas que transcurren de la victoria de la Revolución Islámica (1979) en comparación con los de la era de la última dinastía Pahlavi.
Durante los últimos 40 años, Irán ha conseguido grandes logros en diferentes ámbitos, el nuclear y el militar incluidos, sin someterse a los dictados de la Casa Blanca. Por esa misma razón, supone una gran amenaza para los intereses de EE.UU. y sus aliados en la región. Ante tal coyuntura, Washington ha intensificado la retórica belicista en contra de Teherán, creando incidentes y situaciones para poder demonizar al país persa y justificar las presiones que ejerce en su contra.
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