La Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - Según ha comunicado el Departamento del Tesoro de EE.UU., estos embargos afectan a personas o empresas que han financiado supuestamente al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, o los combatientes del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Por su parte, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, ha anunciado que estas son las sanciones conjuntas “más severas” impuestas por Washington y sus aliados árabes en el Golfo Pérsico, a saber, Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait, Omán y Qatar.
“Esta acción demuestra la postura unificada de los países del Golfo y Estados Unidos”, ha indicado Mnuchin, para después explicar que la medida coincide con su reciente viaje al Oriente Medio, donde se reunió con las autoridades de ciertos países árabes de la región.
De acuerdo con la nota del Tesoro de EE.UU., un total de 21 de los objetivos anunciados formaban parte las empresas que ofrecían apoyo financiero a Basich (la Fuerza de Resistencia Popular de Irán), órgano subordinado del CGRI.
En tanto, los otros cuatro individuos restantes estaban relacionados a Hezbolá “que dirigen y coordinan actividades operativas, de inteligencia y financieras del grupo en Iraq”, según indica el Tesoro estadounidense, para después alegar que todas estas 25 entidades e individuos ya eran objeto de sanciones anunciadas por EE.UU. en 2018.
El gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, incluyó el pasado mes de abril al CGRI de Irán en su lista de organizaciones terroristas extranjeras, acusando a la entidad militar de élite persa de “financiar y promover el terrorismo como una herramienta de la política”.
En una medida recíproca, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán catalogó “al régimen de Estados Unidos como un ‘gobierno patrocinador del terrorismo’” y “declaró ‘grupo terrorista’ al Comando Central de Estados Unidos (Centcom) y a todas sus fuerzas afiliadas”, porque, conforme explica, “son responsables de la ejecución de las políticas terroristas de Washington en la región del oeste de Asia”.
La nueva ola de sanciones antiraníes sigue la política de máxima presión de Estados Unidos contra Irán, tras la salida de Washington del acuerdo nuclear firmado en julio de 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (conformado entonces por: EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
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