La derrota de Israel en su guerra contra Gaza dejó muchas pérdidas, incluidas militares, de seguridad, económicas e incluso sociales y psicológicas. Un reciente informe oficial reveló que 3 millones de israelíes padecen estrés postraumático y solo una ínfima parte recibió tratamiento, recoge el sitio web del Canal 13 israelí.
El análisis, publicado el pasado martes por el interventor estatal Matanyahu Engelman, estima que casi el 38 % de la población ha experimentado síntomas de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático en un grado moderado a severo desde el inicio del conflicto, el 7 de octubre, lo que indica que alrededor de 3 millones de israelíes adultos se han visto afectados, incluidos 580 000 que sufren síntomas graves.
Según el informe, el principal problema no radica solo en el elevado número de personas afectadas, sino en la incapacidad del sistema sanitario israelí para proporcionar el tratamiento necesario. Asegura que solo el 0,6 por ciento de los enfermos recibió atención médica, debido al colapso del sistema de salud mental de la entidad ocupante.
“Es inconcebible que la gente tenga que esperar medio año para ver a un psiquiatra”, dijo Englman, y agregó que, a pesar de las advertencias que envió al primer ministro Benjamín Netanyahu apenas unas semanas después del ataque, el sistema no ha sido completamente reparado.
El reporte señala que la razón más común para que los afectados no busquen tratamiento es el largo período de espera para recibirlo en las compañías de seguros de salud, que puede llegar a los 6 meses, según el 38 por ciento de los participantes. La segunda razón, esgrimida por un 23 por ciento, es el desconocimiento de la posibilidad de recibir tratamiento.En el análisis, el 19 por ciento de los encuestados informó que no confía en los proveedores de salud mental, mientras otro 17 por ciento dijo estar preocupado por la confidencialidad de la información, mientras el 5 por ciento indicó aseguró no encontrar un terapeuta adecuado para ellos.
Trasciende además en la investigación que la falta de tratamiento puede ocasionar enfermedades crónicas, acompañadas de un deterioro del funcionamiento. “Esto significa que, además del gran sufrimiento que puede causar la falta de tratamiento a tiempo, también puede tener consecuencias económicas importantes, incluida la necesidad de una pensión de la seguridad social”.
Los hallazgos de Engelman resaltan una grave falta de preparación por parte del ministerio de salud, acusando a las autoridades sanitarias israelíes de no actualizar los planes de emergencia de salud mental del régimen sionista, a pesar de las recomendaciones hechas desde 2001 por el centro de gestión de emergencias.
Desde el comienzo de la guerra son recurrentes los reportes sobre dificultades de salud mental experimentadas tanto por miembros del ejército de ocupación como por la población civil.