Según informó la Agencia de Noticias Ahl al-Bayt (ABNA), un destacado clérigo bareiní ha subrayado que ser testigos de las tragedias y sufrimientos continuos en Gaza sin ofrecer ayuda no solo supone una traición a los oprimidos, sino también una grave injusticia contra nuestra propia conciencia. Advirtió que este silencio e inacción representan una decadencia moral y humanitaria para la Umma islámica y para toda la humanidad.
El ayatolá Sheikh Isa Qassim, líder espiritual de los shiítas de Baréin, declaró recientemente: “Nos hacemos daño a nosotros mismos cuando presenciamos los horrores y calamidades que oscurecen la vida de nuestros hermanos musulmanes en Gaza y, aun así, dudamos en contribuir, ya sea mucho o poco, para aliviar su sufrimiento—un sufrimiento tan pesado como montañas”.
Añadió: “Ayudar al pueblo de Gaza no es solo un deber religioso; es una cuestión de hermandad, honor, dignidad, conciencia y humanidad”.
El respetado clérigo destacó que fracasar en esta gran prueba es motivo suficiente para un castigo divino severo e inmediato en este mundo.
El ayatolá Qassim subrayó: “Lo que está ocurriendo en Gaza conlleva la responsabilidad de miles de millones de personas y es señal del colapso de una civilización catastrófica que amenaza con la destrucción total de la humanidad”.
Describió esta tragedia como una vergüenza para la Umma islámica—tanto árabe como no árabe—y condenó cualquier apoyo o silencio ante los autores de la opresión y el crimen como una traición, un signo de deshonor y la muerte de la conciencia.
Refiriéndose a las desgarradoras imágenes que circulan a nivel mundial—de sangre, lágrimas y hambre, así como de miedo, desplazamiento y violencia—el Sheikh Isa Qassim afirmó: “Estos acontecimientos horrendos ocurren mientras los sionistas, con el apoyo directo de Estados Unidos y sus aliados, no escatiman atrocidades; esto figura entre los actos de ignorancia más grandes de la historia humana”.
Para concluir, el ayatolá Qassim advirtió que estas agresiones brutales constituyen una prueba divina e histórica para la Umma islámica y para todos aquellos que aún conservan aunque sea una pizca de conciencia y humanidad.
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