Según informó la Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA), Sayyed Abdulmalik Badr al-Din al-Houthi, líder del movimiento Ansarullah en Yemen, advirtió sobre la magnitud del genocidio que el régimen israelí perpetra en Gaza. Afirmó que las escenas de exterminio y matanzas colectivas son tan terribles que deberían sacudir la conciencia de cualquier ser humano libre.
Al-Houthi denunció que el régimen sionista cuenta con el respaldo directo de las potencias occidentales y que perpetra sus crímenes contra el pueblo palestino utilizando armas de destrucción masiva y bombas fabricadas en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, apoyándose además en el petróleo y el combustible de los países árabes.
El líder yemení alertó de que el silencio y la inacción del mundo islámico representan la mayor oportunidad para Israel, que aprovecha esta pasividad para intensificar sus agresiones. Subrayó que las amenazas del régimen sionista no se limitan a Palestina, sino que se extienden a toda la comunidad islámica.
En este sentido, sostuvo que el enemigo busca atacar todos los pilares de la vida del pueblo palestino, incluyendo sus símbolos más sagrados. Acusó a Israel de continuar la profanación de la mezquita de Al-Aqsa y de avanzar con decisión en el plan de judaización de Jerusalén.
Con fuertes críticas a la indiferencia de la Umma islámica, denunció que los musulmanes han abandonado a Palestina y se limitan a observar sus sufrimientos, olvidando que Palestina es parte inseparable de su propia identidad y que ellos mismos están en la mira de los planes sionistas.
Al-Houthi aseguró que la magnitud de la injusticia contra el pueblo palestino refleja la responsabilidad de todos los musulmanes y de las conciencias libres del mundo. Advirtió que eludir este deber no exime a nadie de culpa y que las consecuencias de esta negligencia recaerán tanto en esta vida como en la otra.
Asimismo, denunció que Israel agrede de manera cotidiana la mezquita de Al-Aqsa y que en esta ocasión la profanación estuvo acompañada por la presencia de Benjamín Netanyahu y Marco Rubio —a quienes calificó de “criminales”.
Al referirse al papel europeo, destacó que el Reino Unido desempeña un rol particularmente activo en los planes sionistas contra el pueblo palestino. También criticó la colaboración directa entre funcionarios estadounidenses e israelíes, mencionando el rito “talmúdico” celebrado por Netanyahu y Rubio en la explanada del Muro de los Lamentos, donde el secretario de Estado estadounidense participó además en la inauguración de un túnel que se extiende hacia la mezquita de Al-Aqsa.
Según explicó, Netanyahu presentó este acto como símbolo de la alianza entre Estados Unidos e Israel. La presencia simultánea de ambos dirigentes —añadió— envía un mensaje claro: los planes de Washington y Tel Aviv son idénticos.
Al-Houthi señaló también que, en paralelo, Israel ha intensificado sus ataques en Cisjordania, con casi un millar de detenciones en solo una semana. Acusó además a Netanyahu de amenazar a Jordania con cortar el suministro de agua y gas para forzar concesiones políticas.
Respecto a Líbano, advirtió que Estados Unidos presiona para imponer la exigencia israelí de desarmar a la resistencia, lo que equivaldría a repetir la tragedia de Sabra y Chatila. “Nunca olvidaremos esas masacres”, afirmó, recordando que ocurrieron inmediatamente después del desarme de la resistencia en septiembre de 1982.
Al-Houthi subrayó que aquellas atrocidades demuestran el peligro de dejar a un pueblo indefenso. Preguntó si alguna vez los responsables fueron juzgados o las víctimas recibieron justicia, y respondió que la lección es evidente: la seguridad de los pueblos depende de tener armas y defensores comprometidos con valores humanos y morales.
Finalmente, advirtió que la matanza de Sabra y Chatila es la prueba más clara de los riesgos de carecer de poder defensivo para proteger a la población civil. “El problema no son las armas de la resistencia —concluyó—, sino las armas en manos de los criminales sionistas”.
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