En el Nombre del Altísimo
Temuco, 03 de enero de 2020
“Y no creáis en absoluto que aquellos que han sido matados en la senda de Dios están muertos. Sino que están vivos y provistos de todo junto a su Señor. (169) Contentos por el favor que Dios les ha otorgado y felicitándose por aquellos que todavía no les han alcanzado y han quedado atrás, porque no tienen por qué temer y no estarán tristes”. Sagrado Corán 3; 169 – 170
De la misma forma, hacemos llegar nuestro pésame y señal de luto a Su Santidad el Imam Mahdi (que Dios apresure su reaparición), a la nación iraní y a la comunidad islámica internacional, por su reciente asesinato.
Este peligroso paso dado por el régimen de Donald Trump le sitúa en el mismo bando de los terroristas del ISIS, grupúsculo heredero de la lucha anticomunista de los Estados Unidos, el que con el tiempo ha mutado según las necesidades de injerencia y saqueo de este país criminal, cuyos pasos en todo el mundo han producido millones de muertos para sostener a una élite adoradora del dinero, con filiales políticas en los gobiernos que bailan al son de los dictados norteamericanos, siendo las víctimas los pueblos de las naciones de musulmanes, las que alojan las riquezas naturales más cuantiosas del planeta, como los hidrocarburos.
Donald Trump, por medio de este acto, lejos de intimidar a los musulmanes del mundo, confirma ser el real jefe de los terroristas internacionales, y pese a tener cajas de resonancia mediáticas en los medios de comunicación corporativos, los pueblos del mundo ya han sacado las conclusiones sobre quiénes son los saboteadores de la paz mundial: los creadores de Al Qaeda, Al Nusra, Boko Haram y el Daesh, entre otros nombres para un mismo demonio mutante, el que busca confundir a la opinión pública disfrazándose con ropas islámicas, las mismas que estaba destapando el asesinado general Soleimaní, quien además estaba limpiando de terroristas aliados de Washington, lo que le transformó en el acreedor del odio norteamericano, por echar a perder el negocio de petróleo barato para Estados Unidos, gracias a sus agentes infiltrados en Siria e Iraq.
En Chile los voceros editorialistas de la Casa Blanca tratan de confundir a la gente con una cultura de ignorancia respecto al Islam, la República Islámica de Irán e Iraq, siguiendo la misma pauta de los tuits de Donald Trump, quien culpó a Irán de la defensa hecha por los iraquíes frente a la violación de su territorio a manos de los Estados Unidos. Acto seguido, en protesta por esa acción invasora de los Estados Unidos contra Iraq, la población iraquí se manifestó en pleno soberano derecho frente a la embajada norteamericana en Bagdad, teniendo los trágicos resultados finales, con el martirio del general Soleimaní.
Lamentablemente la paz mundial, por la que todos bregamos y trabajamos, se aleja gracias a las acciones criminales de países como Estados Unidos, y de quienes le soplan al oído electoral qué pasos debe tomar si quiere ser reelegido, para lo cual queda de manifiesto que el lobby antisemita sionista es el primero que pautea a Donald Trump, el que se regocija y celebra el asesinato del general Qassim Soleimaní, un luchador antiterrorista quien cayó luchando contra el germen sembrado por el régimen estadounidense, pero que ha transformado su lucha en millones del general Qassim Soleimaní, lo que transformará todos los esfuerzos en la victoria final contra el terrorismo internacional.
Pedimos a Dios Todopoderoso por el eterno descanso del alma del general Qassim Soleimaní, parafraseando a un gran teólogo y filósofo iraní, Morteza Motahhari: “Pero la sangre del mártir nunca se desperdicia, no cae al suelo; cada gota de él se convierte en cientos y miles de gotas, no toneladas de sangre, y se transfunde al cuerpo de su sociedad. Es por eso que el Profeta (Que la paz y las bendiciones de Dios sean con él y sus descendientes) dijo: "Dios no ama más la gota de sangre que la que se derrama en su camino". Martirio significa una transfusión de sangre a una sociedad, especialmente a una sociedad anémica. "El mártir es el que infunde sangre fresca en las venas de su sociedad".
Que la paz y las bendiciones sean con todos ustedes.
Comunidad Islámica de Chile
Por Manuel Arismendi
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