Bachelet dijo que 41 de los ejecutados eran jóvenes de la región de Qatif, en la Provincia del Este, rica en petróleo y poblada por shiíes, luego de que participaran en protestas contra el régimen para pedir una mayor participación política.
Arabia Saudí ha intensificado las detenciones, el enjuiciamiento y la condena por motivos políticos de escritores disidentes pacíficos y activistas pro-derechos humanos, en particular en la Provincia del Este.
La provincia ha sido escenario de manifestaciones pacíficas desde febrero de 2011. Los manifestantes han estado exigiendo reformas, libertad de expresión, la liberación de los presos políticos y el fin de la discriminación económica y religiosa en la región.
Las protestas han sido reprimidas con mano dura, y las fuerzas del régimen han aumentado las medidas de seguridad en toda la provincia.
“Nuestro seguimiento indica que algunos de los ejecutados fueron condenados a muerte tras juicios que no cumplieron con las garantías de un juicio justo y debido proceso, y por delitos que no parecían alcanzar el umbral de los delitos más graves, como exige el derecho internacional”, lamentó Bachelet. .
También expresó su preocupación porque algunas de las ejecuciones parecían estar relacionadas con la devastadora agresión militar saudí en Yemen.
La jefa de derechos humanos de la ONU destacó que ejecutar sentencias de muerte después de juicios que no brindan las “garantías de juicio justo” requeridas está prohibido por el derecho internacional humanitario y de derechos humanos, y “puede constituir un crimen de guerra”.
Dijo que no proporcionar a los familiares información sobre las circunstancias de la ejecución de sus seres queridos “puede equivaler a tortura y malos tratos”.
“Las autoridades deben devolver los cuerpos de los ejecutados a sus familias”, subrayó Bachelet.
La principal funcionaria de derechos humanos de la ONU también expresó su preocupación por la definición extremadamente amplia de terrorismo en la legislación saudí y advirtió: “Esto corre el riesgo de criminalizar a las personas que ejercen sus derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica”.
“Hago un llamamiento a las autoridades saudíes para que detengan todas las ejecuciones, establezcan de inmediato una moratoria sobre el uso de la pena de muerte y conmuten las penas de muerte contra los condenados a muerte”, señaló.
Esto es mientras que el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Ned Price, se negó a comentar si Washington se comunicó con Riad después de la ejecución masiva durante el fin de semana.
Mientras tanto, el primer ministro británico, Boris Johnson, se embarcará en una visita a Arabia Saudí esta semana para presionar para que se tomen medidas para mantener los precios del petróleo bajo control, en medio de una protesta por la mayor ejecución masiva jamás realizada por el régimen de Riad.
Fuentes informadas dijeron que Johnson quiere apelar al estado del Golfo Pérsico para que aumente su producción de petróleo para reemplazar los suministros de Rusia.
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