Occidente sigue obstruyendo el regreso de los refugiados sirios en el Líbano a su país con un objetivo de utilizar el tema como carta de presión y chantaje político contra Siria, mientras que el Líbano busca implementar el nuevo plan de retorno, en especial a la luz de la reciente crisis financiera que asola al país.
Hace dos días, el comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Oliver Varhelyi, visitó el Líbano y anunció ayuda adicional para los desplazados en Líbano y dijo en un comunicado que “tenemos reglas claras que debemos seguir, y estas son claras con respecto al retorno. Este retorno debe ser voluntario, digno y seguro”.
En vista de estos tres criterios de los que habló, ¿cómo se pueden aplicar ante el afán de dar ayuda a los desplazados fuera de su país y no en su propio país de manera que no los anime a regresar voluntariamente? Y esto tiene lugar en medio de las continuas presiones políticas para obstruir los esfuerzos del Estado libanés para asegurar su regreso conforme al plan diseñado.
También hay un interrogante sobre la sugerencia constante de Occidente de que el regreso no es digno ni seguro, a pesar de que la gran mayoría de las tierras de Siria ahora están seguras y libres del terrorismo apoyado por EEUU, “Israel” y otros países. Hay planes y centros de vivienda preparados por Damasco para los refugiados que carecen de vivienda preparada, y además en zonas que contienen los servicios requeridos, incluyendo la educación, y planes de empleo. En cuanto al discurso sobre el temor de algunos desplazados de ser perseguidos a su regreso, se emitió un indulto presidencial en Siria, que influye a 270.000 personas buscadas.
El ministro sirio de los Desplazados, Issam Sharaf El-Din, ha confirmado, dentro del programa “Hadith Al-Sa’a” de Al-Manar TV, que el gobierno sirio está preparado para recibir a más de 20.000 sirios desplazados en zonas convenientemente equipadas.
Pero todas las medidas aprobadas por los países occidentales, desde el aumento de la ayuda y el flujo de dinero hasta la presión política, está destinado a obstruir el regreso de los sirios. De hecho, el recrudecimiento del cerco a Siria y las presiones contra su economía son los objetivos que explican este deseo de entorpecer el regreso.