La deportación amenaza con desencadenar una pelea diplomática con París, ya que se produce en medio de llamamientos al presidente francés, Emmanuel Macron, para que se oponga a la deportación a Francia, cuya portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores había dicho previamente que Hammouri “debe poder ejercer todos sus derechos y llevar una vida normal en Jerusalén, su ciudad natal y de residencia”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia condenó la deportación de Hammouri por parte de “Israel” después de que aterrizó en París y dijo que “ha tomado medidas completas, incluso al más alto nivel del estado, para garantizar que se respeten los derechos del Sr. Salah Hammouri, que se beneficie de todos los recursos legales y que puede llevar una vida normal en Jerusalén, donde nació, reside y desea vivir”.
No estaba claro qué medidas, si las hubiera, podría tomar el gobierno francés.
Hammouri aterrizó en París justo antes de las 10 a.m. hora local. Vestido con un chándal negro y keffiyeh, o pañuelo palestino en la cabeza, en blanco y negro, alrededor del cuello, fue recibido por su esposa y un grupo de simpatizantes.
Algunos lo abrazaron y otros aplaudieron en apoyo.
Hablando con los periodistas, Hammouri acusó a “Israel” de “limpieza étnica” y dijo que su deportación tenía como objetivo “mostrar a las generaciones que nadie puede resistirse a “Israel””. Juró luchar contra la orden.
“Continuaré con mi derecho a resistir contra esta ocupación hasta que tenga derecho a regresar a mi país”, dijo.
Anteriormente, la campaña Justicia para Salah publicó un mensaje de audio de Hammouri, que dijo que fue grabado cuando estaba siendo “deportado por la fuerza y desarraigado de mi tierra natal”.
“Ten por seguro, Patria querida, que hoy te dejo por la fuerza. Los dejo hoy de la cárcel al exilio”, dijo. “Pero ten por seguro que siempre seré la persona que conoces. Siempre fiel a ti y a tu libertad.”