En otras palabras, el castigo y el dolor en el infierno no son más que el retorno de las malas obras de los incrédulos, y las bendiciones del cielo no son más que el retorno de las buenas obras de los creyentes.
El Sagrado Corán dice sobre el Día de la Resurrección: “Ninguna alma sufrirá el más mínimo daño en ese Día y nadie recibirá recompensa alguna más allá de lo que merece por sus obras”. (Verso 54 de Surah Yasin)
Este versículo dice claramente que el castigo o recompensa por una acción es la acción misma. El día que cada uno se encuentre frente al bien y el mal que ha hecho, deseará tener bien lejos ese día. Dios advierte que tengáis cuidado con Él. Alá es manso con Sus siervos. (Verso 30 de la Sura Al Imran)
Entonces, en el Día del Juicio, ves la verdad de tus acciones y quieres que haya una gran distancia entre tú y las malas acciones que se han manifestado. Este es el caso de la tranquilidad de las personas en ese día y en el cielo. El Corán dice: “Aquellos que aceptaron la fe y la mantuvieron libre de injusticia obtuvieron seguridad y guía”. (Verso 82 de la Sura Al-Anaam)
Significa que un creyente que ha encontrado la paz y se ha mantenido a salvo de las ansiedades en este mundo debido a su fe en Dios también estará seguro y en paz en la otra vida. Por lo tanto, el Malakut del Nafs de un creyente se manifiesta en el cielo.
Sin embargo, no hay diferencia entre considerar el paraíso como la manifestación de la verdad del Nafs de un creyente o la recompensa por buenas obras. El resultado sería el mismo. El Corán dice: “(Ese día) el Paraíso se acercará a los piadosos”. (Verso 31 de la Sura Qaaf)
Significa que el paraíso (la manifestación de sus obras o la recompensa por sus obras) se les acerca de ellos. En cuanto al fuego del infierno, el Corán dice: “Es el fuego encendido por Dios, que se eleva por encima de los corazones”. (Versículos 6-7 de la Sura Al-Humaza)