El orden y la disciplina juegan un papel importante a la hora de ayudarnos en diferentes aspectos de la vida, incluido el campo del control emocional. Quienes tienen disciplina emocional pueden protegerse de las emociones que les distraen y de actuar imprudentemente.
La disciplina emocional se trata de la capacidad de gestionar eficazmente sus sentimientos. Un musulmán que sigue las enseñanzas del Corán y la religión puede regular sus sentimientos y emociones basándose en criterios y principios islámicos.
La disciplina emocional es la mejor manera de expresar de forma adecuada y madura las emociones y sentimientos. Es la mejor manera de tener orden en las actividades sociales diarias y regular las emociones y acciones. Nos permite controlar nuestros falsos deseos e inclinaciones y evitar que los sentimientos y emociones nos dominen en exceso. La disciplina emocional ayuda a tener un comportamiento racional en todas las circunstancias.
Las enseñanzas coránicas dan dirección a las emociones y ofrecen un modelo perfecto y seguro para ordenar las emociones y evitar que las emociones influyan demasiado en nuestras decisiones y acciones. Estas enseñanzas tienen una estructura bastante sistémica y un número importante de versículos al respecto pueden clasificarse en un modelo práctico.
La formación de la fe en Dios y tener la creencia de que Dios es omnisciente y omnipotente, que su voluntad domina el mundo entero, que nuestra tristeza y dolor desaparecerán si Él así lo quiere, y que todos regresaremos a Él, entregándonos. El mundo es temporal nos ayuda a controlar muchas emociones y sentimientos como el miedo, la tristeza y la codicia.
Seguir los mandamientos divinos, orar a Dios, tener esperanza en las bendiciones de Dios, negarse a seguir a Satanás y no temer a las personas son los pasos preliminares hacia la disciplina emocional. Otras enseñanzas religiosas, como las que tratan de controlar la ira, perdonar a los demás y confiar en Dios, también son factores que contribuyen a la disciplina emocional. Actuar según las enseñanzas coránicas da la dirección correcta a las emociones y conduce a una vida racional, lejos de la tormenta de las emociones y, en última instancia, a Hayat Tayyiba (vida pura o feliz).