COMO SE REVELARON LOS VERSÍCULOS CORÁNICOS
Las suras o capítulos y versículos del Sagrado Corán no se revelaron de una sola vez, sino de manera gradual. El hecho de que el Corán fue revelado gradualmente al Profeta (BPD) a lo largo de los 23 años que duró su misión profética puede apreciarse de los mismos versículos. Dice Dios, exaltado sea:
وَقُرْءَاناً فَرَقْنَاهُ لِتَقْرَأَهُ عَلَى النَّاسِ عَلَى مُكْثٍ وَنَزَّلْنَاهُ تَنْزِيلاً
“Es un Corán que (te hemos revelado) en porciones para que lo recites a la gente reposadamente, y te lo hemos revelado (de hecho). “(17.106)
El Corán contiene tanto versículos abrogantes cuanto abrogados, y hay versículos relacionados a situaciones y acontecimientos que no pudieron tener lugar al mismo tiempo como sería si los versículos que los describen hubieran sido revelados juntos a la vez.
Más aún, los versículos y suras no han sido revelados en el mismo orden en que el Corán se encuentra compilado. El orden de revelación no ha sido, por ejemplo, primero la Sura Al-Fatihah (“La apertura”, la primera del Corán), luego Al-Baqarah (II, “La vaca “), y así siguiendo. Lo mismo ocurre con el orden de los versículos (no están ubicados en un mismo capítulo o sura en orden de revelación estrictamente).
En conexión con esto, además de la definida evidencia histórica, el mismo tema de los versículos muestra que algunos pasajes y suras contienen asuntos que son apropiados al período inicial de la misión de Muhammad (BPD), como las suras Al-‘Alaq (96) y An-Nur (24), que no obstante están compiladas hacia el final del Corán. De la misma forma hay versículos cuyos temas están vinculados a las necesidades y problemas que se plantearon con posterioridad a la emigración del Profeta (B.P.) y al último período de su vida, como los capítulos (suras) Al-Baqarah (2), Ali-Imrán (3), An-Nisâ‘ (4), Al-Anfâl (8), At-Taubah (9) y que sin embargo están ubicados al comienzo del Corán.
Obviamente los tópicos de estas suras y versículos están íntimamente relacionados en su revelación con los eventos que tuvieron lugar en los distintos períodos de la misión profética, y según las necesidades del momento. Por ejemplo las suras y versículos que convocan a los idolatras al Islam y que combaten la adoración de ídolos son apropiadas para el período de la pre-emigración, cuando el Profeta (BPD) debía tratar con los politeístas de la Meca, mientras que los versículos acerca de la guerra y las disposiciones y normas legales (en general) se revelaron a partir de los sucesos y necesidades que surgieron en Medina, después de la Hégira y la formación de la sociedad islámica.
RESUMEN DE LAS CONSIDERACIONES PREVIAS
Según lo que acabamos de decir las suras y versículos Coránicos están divididos sobre la base de sus diferencias respecto a su lugar y tiempo de revelación así como a las condiciones que se plantearon para su manifestación.
Algunas de las sur as o capítulos y versículos fueron revelados en la Meca, y otros en Medina. En general, lo que está vinculado con el período previo a la emigración, pertenece a la Meca, y la mayoría de las suras, especialmente las más cortas, pertenecen a este grupo (“Suras mecanas”). Las que corresponden al período posterior a la emigración pertenecen a Medina (“Suras medinenses”), aunque se hayan revelado fuera de Medina o incluso en la Meca.
Algunos de los capítulos y versículos fueron revelados al Profeta en su lugar de residencia habitual y otros estando de viaje. Algunos se revelaron de día y otros de noche; algunos en período de paz y otros en tiempo de guerra; algunos en la tierra y otros en el cielo[1]; algunos en privado y otros estando (el Profeta) entre la multitud. Discutiremos más tarde el uso de esta clasificación en el parágrafo sobre las causas de las revelaciones.
Algunos de los capítulos, como AI-Hamd (la sura No 1, llamada también Al-Fatihah) fueron revelados dos veces, una en la Meca y otra en Medina. De manera similar, algunos versículos han sido repetidos varias veces en distintos lugares, como: “¿Cuál de las mercedes de vuestro Señor negaréis?”, de la sura 55 en donde aparece 30 veces, o el que dice “Ciertamente hay en ello un signo (o señal), pero la mayoría de ellos no creen”, seguido por “Y sin duda tu Señor es el Poderoso, El Más Misericordioso” (26:8 y 9), que se repiten ocho veces en la sura 26. Algunas veces un mismo versículo se repite en distintas suras, como el pasaje “Y dicen: ¿Cuándo se cumplirá la promesa si sois veraces?”, que aparece en seis capítulos diferentes.
Otras veces una cierta frase aparece como un versículo completo en un lugar y sólo como una parte de un versículo se repite en otro lugar, como por ejemplo el versículo: “،Dios! No hay divino sino El, el Viviente, el Subsistente.” (3:2), que constituye un versículo completo en la sura 3 y sólo una parte del versículo del Escabel (2:255) en la sura 2. No obstante la gran mayoría de los versículos Coránicos dependen de las circunstancias por las que se revelaron y si requerían repetición o no.
Similar a esto es la diferencia que se da en la longitud de los capítulos, como la sura 108 (sólo tres breves versículos) que es la más corta y la sura 2 (286 largos versículos), que es la más larga. En algunos casos un versículo consiste de una sola palabra, como el 55:64, mientras que el 2:282, que es el más largo del Corán, consta de más de 30 sentencias.
Todas estas diferencias son debidas a las exigencias de la expresión y, en algunos casos, un versículo breve y uno largo vienen juntos, como el 30 y 31 de la sura 74, donde el primero consta de una oración y el segundo supera las quince
Otra diferencia se aprecia en la brevedad o amplitud de la descripción como se ve comparando las suras 89 y 92 con las 2 y 5. La mayoría de los versículos mecanos son de un estilo breve, mientras que los medinenses son preponderantemente más extensos (y descriptivos).
Y sobre esto se dice que lo primero que fue revelado al Profeta (BPD) fueron los cinco primeros versículos de la sura Al-‘Alaq (96), y que el pasaje.
وَاتَّقُواْ يَوْمَاً تُرْجَعُونَ فِيهِ إِلَى اللّهِ ثُمَّ تُوَفَّى كُلُّ نَفْسٍ مَا كَسَبَتْ وَهُمْ لاَ يُظْلَمُونَ
“Y temed un día en que seréis retornados a Dios (donde) luego se retribuirá a cada alma según lo que procuró. Y no serán tratados (los hombres) injustamente.”(2:281)’ fue el último en revelarse.
LAS CAUSAS DE LAS REVELACIONES
Como se menciónó antes, la mayoría de las suras o versículos del Corán están, o vinculados a los acontecimientos que ocurrieron durante la misión del Profeta (BPD), tal como las suras 2[2], 59 y 100, o responden a la necesidad de clarificar las leyes y disposiciones islámicas tales como las suras 4[3], 8,65, etc.
Las circunstancias de la revelación de las suras y versículos se conocen como las causas de la misma, y su conocimiento constituye una ayuda para la comprensión de su tema y la clarificación de su contenido.
Por esta razón un gran número de narradores de hadices entre los compañeros y los seguidores al principio del Islam se ocuparon de registrar estas causas de la revelación y citaron numerosos anales sobre ellas. Tales narraciones entre los sunnitas alcanzan a varios miles, pero entre los Shi‘itas son muchas menos, apenas algunos cientos. Desde luego, no todas estas narraciones son auténticas y sanas, ya que varias son totalmente débiles (en su cadena de transmisión) e inseguras (en cuanto a su texto y contenido). El análisis e investigación de estas tradiciones conduce a la incertidumbre y la duda por las siguientes razones:
Para comenzar, el estilo de la mayoría de ellas muestra que el narrador no ha obtenido referencias de la causa de una particular revelación en conexión con ciertos sucesos a través de la afirmación oral o el registro escrito, sino que por el relato de una historia él conecta los versículos que son congruentes en significado con ella, y por ello la causa de la revelación resulta fundada en el iytihád (opinión obtenida con análisis y esfuerzo intelectual), y no en el testimonio directo y el registro.
Un testimonio de esta afirmación es que se notan muchas contradicciones en estas narraciones, es decir, hay versículos acompañados de varias explicaciones sobre la causa de su revelación que se contradicen unas a otras y son incompatibles. Incluso de Ibn Abbâs y otros famosos narradores sobre exégesis Coránica como él se narran varias causas de revelación diferentes para un mismo versículo.
Tales contradicciones acerca de la causa de las revelaciones pueden deberse a alguna de las siguientes dos razones: que las narraciones sobre las causas son especulaciones u opiniones (“iytihadí”) y no citas textuales, y que cada narrador ha relacionado las narraciones contradictorias sobre un versículo a una historia que le pareció apropiada aunque no le correspondiera realmente. Esto de manera similar a una persona que, teniendo que transmitir dos causas opuestas para la revelación de un pasaje, se enfrenta a dos opiniones y finalmente adopta una de ellas. O bien diríamos que se procedió a una invención no intencional en todas o algunas de las narraciones sobre las causas de la revelación.
Tales alternativas recién mencionadas provocan la pérdida de validez de estas narraciones sobre las causas de la revelación, y ni siquiera la autenticidad de las cadenas de transmisión de los hadices nos dan seguridad, porque aunque esta autenticidad nos garantice (en mayor medida) la no falsedad de quien escribe, todavía permanecerá la parcialidad de opinión (en la selección de textos e historias).
Segundo, es un hecho histórico probado que en los orígenes del Islam -luego del deceso del Profeta-, el califato había prohibido la recopilación de tradiciones y que si se encontraba una hoja o tabla donde se hallaba registrado un hadiz era partida y quemada. Esta prohibición se extendió por un lapso de 90 años, o sea hasta el final del siglo I de la Hégira.
Este condicionamiento abrió el camino para que los narradores y compiladores de tradiciones efectuaran pequeños cambios (involuntarios)[4] cada vez que citaban un hadiz, la acumulación de los cuales provocó algunas veces la desaparición del contenido original. Esto se nota claramente en los casos donde diferentes tradiciones se apoyan (o vinculan a) una misma historia. Se encuentran a veces narraciones en una historia descripta conjuntamente por varios tradicionistas que no tienen ningún punto en común. Obviamente tal forma descuidada de transmisión suministra poca o ninguna validez a las afirmaciones sobre las causas de la revelación.
Cuando la invención se vuelve prevaleciente, especialmente lo que fue inventado por los israelitas [5] e hipócritas desconocidos y se introdujo en el conjunto de las tradiciones, y esto se agrega a las dificultades antes mencionadas, resulta que ningún crédito puede darse a los hadices por sí solos en las afirmaciones concernientes a los motivos de las revelaciones
EL MÉTODO NECESARIO ACERCA DE LAS CAUSAS DE LA REVELACIÓN
Como ya se mencionó antes, las tradiciones requieren de la confirmación del Sagrado Corán para obtener su validez. Por esta razón es que todo hadiz del Profeta (BPD) y los Imames (P) debe ser confrontado con el Corán. Consecuentemente si la causa de una determinada revelación es no mutauatir, es decir narrada por varios testigos (confiables), deberá ser comparada con el versículo Coránico a que se refiere, y sólo si es compatible con el sentido de éste Se puede confiar en ella. Así, una narración debe ser confirmada por un versículo, y no se permite que un versículo sea dominado por un hadiz.
De esta forma, aunque un considerable número de afirmaciones sobre las causas de la revelación resulten nulas, lo que reste poseerá validez firme. Y hablando en general, dado que los elevados objetivos del Sagrado Corán son los conocimientos universales y eternos- como ya se explicó antes- no necesita el Libro para ello de la ayuda de los hadices concernientes a las causas de la revelación.
ORDEN DE REVELACION DE LAS SURAS
Como sabemos, el orden de revelación de las suras no está registrado en el Sagrado Corán (es decir: el orden en que figuran no es el orden en que se revelaron)[6]. Los sabios musulmanes y especialmente los de la escuela sunnita se basan -para determinarlo- en narraciones concernientes al orden de revelación de suras y versículos. Entre los varios hadices en conexión con esto está el de Ibn Abbâs que dice:
“Cuando se revelaba el comienzo de una sura en la Meca era registrado inmediatamente y luego Dios Altísimo agregaba a él lo que quería. Lo primero que se reveló del Corán fue:
(Orden) (Texto) (Sura: ver)
( 1) ¡Lee, en el Nombre de tu Señor… (96:1)
(2 ) Nun¡.Por el cálamo y por lo que (68:1)
( 3) ¡Oh tú arropado! (73:1)
( 4) ¡Oh tú que estás enmantado! (74:1)
(5 ) ¡Perezcan las manos de Abu Lahab! (111:1)
( 6) Cuando el sol sea arrollado… (81:1)
( 7) ¡Glorifica el Nombre de tu Señor… (87:1)
( 8) ¡Por la noche cuando cubre (la luz)! (92:1)
( 9) ¡Por la aurora! (89:1)
(10) ¡Por la mañana! (93:1)
(11) ¿Acaso no te hemos dilatado el pecho? (94:1)
(12) ¡Por la era! (103:1)
(13) ¡Por los corceles corredores! (100:1)
(14) Sin duda te hemos otorgado la Abundancia (108:1)
(15) Os entretiene la multiplicidad,… (102:1)
(16) ¿Qué piensas de quien desmiente el Juicio? (107:1)
(17) Dí :¡Impíos! (109:1)
(18) ¿Acaso no ves como procedió tu Señor con los del elefante? (105:1)
(19) Dí: Me refugio en el Señor del ocaso. (113:1)
(20) Dí: Me refugio en el Señor de los hombres (114:1)
(21) Dí: El es Al.lah, Uno y Único (112:1)
(22) ¡Por la estrella cuando aparece (53:1)
(23) El (Profeta) frunció el ceño y volvió... (80:1)
(24) Realmente te lo hemos revelado en la noche del Decreto. (97:1)
(25) ¡Por el sol y su luminoso esplendor! (91:1)
(26) ¡Por el cielo pleno de constelaciones! (86:1)
(27) ¡Por la higuera y el olivo! (95:1)
(28) ¡Por el vínculo (pacto) de Quraish! (106:1)
(29) ¡Por la calamidad que golpea! (101:1)
(30) ¡Por el Día de la Parada! (75:1)
(31) ¡Guay de todo detractor, calumniador! (104:1)
(32) ¡Por los vientos enviados unos tras otros! (77: 1)
(33) Qaf (50:1)
(34) ¡Por esta ciudad! (90:1)
(35) ¡Por el cielo y el visitador nocturno! (86:1)
(36) La hora del Juicio se acerca... (54:1)
(37) Sad. Por el Corán honorable. (38:1)
(38) Alif, Lam, Mim, Sad. (7:1)
(39) Dí: Me ha sido revelado que un grupo de genios... (72: 1)
(40) Iasin. (36:1)
(41) Bendito sea Quien reveló el Discernimiento. (25: 1)
(42) La alabanza sea con Al.lah... (35: 1)
(43) Kaf, la, Ha 'Ain, Sad. (19:1)
(44) Ta,Ha. (20: 1)
(45) Cuando acontezca el inevitable evento (56: 1)
(46) Ta, Sin, Mim. (26:1)
(47) Ta, Sin. (27:1)
(48) Ta, Sin, Mim. (28: 1)
(49) Glorificado sea el que traslado a Su siervo por la noche... (17:1)
(50) Alif, Lam, Ra. (10: 1)
(51) Alif, Lam, Ra. (11:1)
(52) Alif, Lam, Ra. (12:1)
(53) Alif, Lam, Ra. (15: 1)
(54) La alabanza sea con Al.lah... (6:1)
(55) Por los alineados ordenadamente. (37: 1)
(56) Alif, Lam, Mim. (31:1)
(57) La alabanza sea con Al.lah... (34:1)
(58) La revelación del Libro es de Al.lah (39:1)
(59) Ha, Mim. (40:1)
(60) Ha, Mim. (41:1)
(61) Ha, Mim. (42:1)
(62) Ha, Mim. (43:1)
(63) Ha, Mim. (44:1)
(64) Ha, Mim. (45:1)
(65) Ha, Mim. (46: 1)
(66) ¡Por los vientos diseminadores...! (51:1)
(67) ¿Acaso no te ha llegado la noticia ... (88:1)
(68) La alabanza sea con Al.lah... (18:1)
(69) El designio de Al.lah es inevitable… (16:1)
(70) Enviamos a Noé… (71:1)
(71) Alif, Lam, Ra. (14:1)
(72) Se acercó hacia la gente (la rendición de) sus cuentas… (21:1)
(73) Los creyentes... (23:1)
(74) Alif,Lam,Mim. (32:1)
(75) ¡por el monte! (52: 1)
(76) Bendito sea Aquel… (67:1)
(77) ¡La infalible! (69: 1)
(78) Un suplicante pidió un castigo inminente (70: 1)
(79) ¿Sobre qué preguntan? (7S: 1)
(80) ¡Por los ángeles...! (79: 1)
(81) Cuando el cielo se hienda... (52: 1)
(82) Cuando el cielo se agriete... (84: 1)
(83) Alif, Lam, Mim. (30: 1)
(84) Alif, Lam, Mim. (29:1)
(85) ¡Guay de los mermadores! (83: 1)
(Dice Ibn Abbas):”Esto es lo que Dios revelo en Meca.
Lo siguiente es lo que revelo en Medina:
(86) Alif, Lam, Mim. (2:1)
(87) Te preguntarán sobre los trofeos. (8: 1)
(88) Alif, Lam, Mim (3:1)
(89) ¡Profeta!, teme a Al.lah... (33: 1)
(90) ¡Creyentes! (60: 1)
(91) ¡Hombres ... ! (4:1)
(92) Cuando tiemble la tierra... (99: 1)
(93) Todo cuanto existe en los cielos y la tierra...(57:1)
(94) Los impíos que descaminan a los demás (47:1)
(95) Alif, Lam, Mim, Ra. (13:1)
(96) El Graciabilísimo... (55:1)
(97) ¿Acaso no transcurrió un largo período (76:1)
(98) ¡Profeta! (Dí): cuando os divorciéis... (65: 1)
(99) Los impíos de entre la gente del Libro… (98: 1)
(100) Todo lo que hay en los cielos… (59:1)
(101) Cuando venga el auxilio de Al.lah… (110:1)
(102) He aquí una sura… (24:1)
(103) ¡Hombres! Temed a vuestro Señor… (22:1)
(104) Cuando los hipócritas vengan a nosotros (63:1)
(105) Por cierto que Al.lah escucho el reclamo… (58:1)
(106) ¡Creyentes!... (49:1)
(107) ¡Profeta! ¿Por qué vedas lo que Al.lah… (66:1)
(108) Todo lo que hay en los cielos... (62:1)
(109) Todo lo que hay en los cielos... (64:1)
(110) Todo lo que hay en los cielos... (61:1)
(111) Por cierto que te hemos con cedido una victoria evidente(48:1)
(112) ¡Creyentes!... (5:1)
(113) He aquí una (declaración) de inmunidad (9:1)
UN ANALISIS DE ESTA Y OTRAS TRADICIONES
La narración citada que proviene de Ibn Abbâs menciona 113 suras excluyendo la Al-Fátihah (la primera del Sagrado Corán). Otra narración citada por Baihaqi proveniente de 'Akramah[7] menciona 111 suras, sin contar los capítulos Al-Fatihah (1), Al-A'raf (7), y Ash-Shura (42). Baihaqi ha citado también la misma narración de Ibn Abbás según la cual hay 114 suras, pero en ambos casos, la sura Al-Mutaffifín (83) es colocada entre los capítulos medinenses. Más aún, el orden de revelación de las suras medinenses y mecanas es diferente -en esas tradiciones- del citado más arriba.
Otra tradición proveniente de ‘Alí Ibn Abi Talhas[8] indica que algunas suras mecanas serían medinenses, dice: “La sura Al-Baqarah (2) se reveló en Medina, mientras que Al Imrán (3), An-Nisá' (4), Al-Ma'idah 45), Al-Anfal (8), At-Taubah (9), Al-Hayy (22), Al-Muyadaláh (58), Al-Hashr (59), Al-Mumtahana (60), As-Saff (61), At-Tagabín (64) y algunas otras se revelaron en Meca.” Esta versión sólo trata de distinguir entre las suras de Medina y Meca y no su orden de revelación pues las suras Al-Ma'idah (5) y At-Taubah (9) tienen indudablemente un lugar posterior (en la secuencia dada por él hadiz si fuera por orden de revelación). Además, esta narración cuenta las suras Al-Fayr (89), Al-Lail (92) Y Al-Qadr (97) como medinenses mientras que las narraciones previas las consideran mecanas, y viceversa: las suras Ar-Ra'd (13), Ar-Rahmán (55), Al-Insán (76), Al-Yumu'a (62) y Al-Huyurat (49), tomadas como mecanas por éstas, son consideradas medinenses en la tradición de ‘Alí Ibn Abi Talha.
En otra tradición que proviene de Qatadah[9] se dice: “Se reveló en Medina del Corán: Al-Baqarah (2), Ali Imran (3), An-Nisá (4), Al-Ma'idah (5), Al-Baraah (9), Ar-Ra'd (13), An-Nahl (16), Al-Hayy (22), An-Nur (24), Al-Ahzab (33), Muhammad (47), Al-Fath (48), Al-Huyurat (49), Al-Hadid (57), Ar-Rahmán (55), Al-Muyadalah (58), Al-Hashr (59), Al-Mumtahana (60), As-Saff (61), At-Tagabún (64), At-Talaq (65), Az-Zalzala (99) y An-Nasr (110), y el resto del Corán se reveló en Meca.” Este hadiz discrepa con las narraciones anteriores y con otro hadiz incluso del mismo Qatadah, en las suras al-Mutaffifín (83), Al-Insán (76) y Al-Baiinah (98).
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Fuente: El Corán en el Islamñ Editorial Elhame Shargh
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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente
[1] El Profeta (BPD) ascendió a los cielos en el episodio de su vida conocido como “Al-Mi'ray” (la ascensión). Allí recibió revelaciones y a éstas se debe referir el autor. (Nota del Traductor)
[2] La segunda sura, Al-Baqarah se reveló en el año 1 de la Hégira en Medina. Algunos de sus versículos reprochan a los judíos que estorbaban el progreso del Islam, y otros se refieren a ritos como el mes de ayuno, la peregrinación, la orientación para la oración, etc. La sura 59 fue revelada por los judíos de Bani Nadír. La sura 100 fue revelada por los árabes de Uadi Iabis.
[3] La sura 4 se ocupa particularmente del matrimonio y la herencia de las mujeres. La sura 8 se dedica especialmente a los cautivos y el botín de guerra. La sura 65 se ocupa principalmente del divorcio.
[4] Se refiere el autor aquí a las pérdidas propias de la. transmisión oral, como cambios de palabras por otras parecidas, al resumen del texto, o incluso a su aumento. (Nota del Traductor)
[5] Los judíos que ingresaron al Islam, de buena o mala fe, introdujeron multitud de tradiciones propias, sobre todo de las vidas e historias de los antiguos Profetas. Tales historias, en una época de poca rigurosidad crítica con los ha dices proféticos, se mezclaron muchas veces con estos, siendo difícil luego desbrozar la paja del trigo. (Nota del Traductor)
[6] En las ediciones árabes del Sagrado Corán, y en algunas en español y otras lenguas, en los copetes donde se registra los nombres de las suras, dice después de que sura fue revelada la que allí comienza. Esto no es estrictamente parte del Corán, sino que el copista ha adoptado el orden de alguna de las tradiciones existentes al respecto, aunque, como se verá, dista de haber unanimidad al respecto entre los sabios y estudiosos.(Nota del Traductor)
[7] Op. cit., “ltqán “, Vol. 1, P. 10.
[8] Op. cit., “ltqán “, Vol. 1, P. 10.
[9] Ibídem. , pág. 11.