Los residentes de la ciudad de Rochdale, a 16 kilómetros al noreste de Manchester, de donde es el hombre agredido, se reunieron por cientos frente a la comisaría de policía de la ciudad para protestar por el ataque. Los manifestantes gritaron "qué vergüenza, GMP", en referencia a la Policía del Gran Manchester, y exigieron justicia, pidiendo que se despidiera a los agentes de policía implicados en el incidente.
Las angustiosas imágenes mostraban a un policía apuntando con su Taser al hombre, pateándolo violentamente y pisoteándole la cabeza, mientras yacía boca abajo con los brazos a los costados en el suelo. El policía le dio un rodillazo en el costado. También se puede ver a una mujer, presumiblemente familiar del hombre, tirada en el suelo, suplicando a los agentes que dejen de atacarlo.
Se puede escuchar a los testigos que filmaron el incidente gritando "retrocedan, retrocedan" y "dejen de patear a la gente". A continuación, una agente de policía apunta con un Taser a la multitud.
El mismo policía se gira entonces hacia otro hombre sentado en un banco y se le oye gritarle "al suelo". El policía le apunta con su taser. El hombre se arrodilla en el suelo con las manos detrás de la cabeza, mientras el policía le pisa la pierna izquierda y le golpea en la nuca con su taser.
Los líderes comunitarios hablaron fuera de la comisaría y realizaron comparaciones con la muerte de Mark Duggan, un hombre negro británico asesinado por la policía en 2011, que desencadenó los disturbios en Londres y en toda Inglaterra. "Lo que está pasando es que la policía es institucionalmente racista. Dejémoslo claro: la policía es una organización racista", dijo un manifestante fuera de la comisaría de policía de Rochdale.