Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — Napoleón, nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, capital de la isla de Córcega, posesión del Reino de Francia desde el 15 de mayo de 1768, en virtud de un convenio de cesión de dominio firmado (Tratado de Versalles) entre Génova, y el Rey Luis XV.
Si bien leímos, nos damos cuenta que la ciudad donde nace “el pequeño cabo”, como lo llamarán años más tarde, fue un territorio recientemente adquirido por el Reino de Francia, lo que nos coloca en una encrucijada histórica, digna de resolver.
Buscando nos encontramos con un interesante autor, Benjamín Disraeli, quien deja muy claro en su libro "Judaísmo en Francia", que la isla de Córcega (patria de Bonaparte) fue refugio de una gran colonia judía sefardita, tras la inquisición, quienes luego de convertirse al cristianismo (cripto-cristianos), decidieron comenzar una nueva vida en la isla mediterránea, agregando que muchos de estos judíos adoptaron apellidos de sus señores como Orsinio, Doria, Colonna, Bonaparte, entre otros. Aún es más sorprendente que la ciudad de Ajaccio fue fundada en 1492, el mismo año del descubrimiento de América, y de la inquisición española contra los judíos ibéricos.
Pero como el Hombre necesita ver para creer, y por las dudas de lo dicho anteriormente a comienzos del 2010 IGEA, comenzó un proyecto mundial para ver el linaje paterno de Napoleón Bonaparte, para aquella magna tarea se consultó a 47 familiares del dictador corso, quienes fueron sometidas a pruebas genéticas. Las pruebas comenzaron con un descendiente directo de su hermano Jerónimo Bonaparte, hablamos de Charles Napoleón Bonaparte. Los resultados fueron publicados el último día del año 2011, en la revista científica Molecular Biology Research.
Los resultados Mediante el perfil de 37 marcadores y de las pruebas de Deep-Clade, analizó el origen del dictador, dando como resultado que su haplogrupo era E1b1b1c1*. Este grupo surgió hace unos 7.000 años entre Egipto y la actual Turquía, mayormente presente en la entidad de Israel, y presente en un 10% de los judíos asquenazis y sefardís del mundo.
Pero esto no es de mayor importancia, más que para poder presentar como preámbulo en esta encrucijada relación entre Napoleón y el proto-sionistas. El panorama se aclara aún más cuando relatamos sobre el hogar que lo vio nacer y el entorno familia, del dictador corso.
Él fue hijo de Carlo Bonaparte (Abogado), y de María Laetitia Ramolino, la matriarca de los Bonaparte, quien el 15 de agosto de 1769 dio a luz, en circunstancias agobiadoras, al Napoleón.
Esta familia presumía pertenecer a la aristocracia local. Muy raro fue que haciéndose llamar católicos, bautizaron un poco tardío a su hijo (2 años después) en el 21 de julio de 1771, acto celebrado en la catedral de Ajaccio, por el archidiácono Luciano, su tío abuelo, bajo el nombre de Napoleone, en honor de uno de sus ancestros de igual nombre, quien fue un patriota corso, quien combatió hasta su muerte, irónicamente luchando contra los franceses.
El archidiácono, tío de Napoleón, le dijo a este una vez: “¿Sabéis que las Santas Escrituras predicen que el fin del mundo llegará cuando los judíos sean reconocidos como pertenecientes a una nación constituida?”. Palabras que concavarían el corazón del futuro dictador mesiánico.
Bonaparte al pertenecer a la nobleza local, su familia tenía una vida acomodada. Su padre poseía viñeros. Lo anterior narrado, sumándole la protección para él, del gobernador, el marqués Charles-Louis-René de Marbeuf, hace posible, al igual que su hermano mayor José, irse a estudiar a una escuela para nobles en la Francia continental (colegio de Autun), desembarcando en su nuevo destino en enero de 1779, el año siguiente comenzaría su carrera militar al ser admitido en la Escuela militar de Brienne.
En octubre de 1784, luego de 5 años de estudios en la anterior academia, Napoleón con quince años de edad, se integra a la Escuela militar de París. El año siguiente es promovido a segundo teniente de artillería y en 1785 ingresa al regimiento de La Fère en la guarnición en Valence (en el sureste de Francia).
Como si estaría siendo preparado para algo grande, Napoleón durante este tiempo, estudio y se interiorizó en muchísimos temas, incluyendo la historia y la filosofía, leyendo a autores latinos y griegos, como Platón, Plutarco, Cicerón, Cornelius Nepos, Tito-Livio, Tácito, como también sobre los gobiernos de Siria, Persia, el antiguo Egipto, despertándole un sospechoso interés en el Medio Oriente, incluyendo los turcos y los tártaros, pueblos que conocerá muy de cerca en los años posteriores.
Luego de un tiempo, en 1787, vemos que Bonaparte comienza tomar contacto con algunas colectividades, forzando para entrar a algunos salones del ancien régime. El mismo año, obtiene permisos para ausentarse de su regimiento, por supuestos problemas de salud, regresando el año siguiente a una guarnición en Auxonne.
En 1789, año que comienza la revolución Francesa, como muchos de los nobles, y burgueses del reino, participan en este hito histórico, donde Napoleón comenzaría con la participación de un motín en la ciudad de Auxonne, en 19 de julio del mismo año vuelve a su patria (Córcega), para aplastar una revuelta separatista. En 1790 se entrevista con Pascual Paoli, quien era el líder separatista de los corsos, un masón, afiliado a la logia de Londres. En 1793, Napoleón encabezara el ejército republicano, dando fin a las pretensiones separatistas de Paoli.
Napoleón años más tarde confesaría que: “De joven fui revolucionario por ignorancia y por ambición.”
Ambición que se transformará en un ascenso, significando su asignación al 4º Regimiento de Artillería en Valence, y una condecoración de teniente, en 1791, año que comienza a participar con un grupo masónico, denominados jacobinos, los que pronto lo promoverán para irse a Paris. El 20 de junio, con el intento de huida de la familia real, son arrestados, dando origen al asalto de las Tullerías, finalizando con la muerte de los monarcas, y la proclamación de la primera república francesa en el 21 de septiembre de este año, proceso que nuestro personaje participará fuertemente.
En el 27 de julio de 1794, Robespierre y sus asociados son derrocados y enseguida guillotinados. Bonaparte es encarcelado por no cumplir un decreto gubernamental emanado por Convención, 9 de agosto, siendo posteriormente detenido, y encarcelado, con altas posibilidades de ser guillotinado. Todo se revierte luego de la intersección del vizconde Paul-François de Barras (1755-1829), quien sería el mentor de Napoleón, quien lo hizo estar de lado de la Convención, y posteriormente parte del directorio, hasta llegar a ser Cónsul.
¿Pero quién fue Paul François Jean Nicolas, vizconde de Barras? Fue un Político francés de origen noble, y ferviente revolucionario, quien participó activamente en esta contienda histórica, miembro del club de los jacobinos (masón), quien también participó en la toma de la Bastilla, voto a favor de la ejecución de Luis XVI. Durante y posteriormente la revolución, cumplió diferentes puestos, siendo uno de ellos, de comisario,(en el periodo que conoce a Napoleón). De Barras se mostrará como un conspirador durante su vida política, maquinando el golpe de estado contra el comité de salvación, y luego encabezando la detención de Robespierre.
Más tarde aparte de ser el mentor de Napoleón y ser jefe del ejército en 1795, le presenta a este, una ex amante (y la de muchos más), quien más tarde se convertiría en la esposa del corso, María-Josefa-Rosa Tascher de la Pagerie, vizcondesa de Beauharnais (Josefina), casándose el 5 de marzo de 1796.
Pero como es de costumbre entre los iniciados por la masonería, de Barras será traicionado por su aprendiz (Napoleón) en el golpe de estado de 1799, donde se apartó de la política exiliándose en Bruselas, y desde allá maquinó su nueva tendencia política, el realismo, dejándole el camino a Luis XVIII y a Carlos X, participando en la conspiración contra el pequeño corso en 1812.
Napoleón y la masonería Napoleón ya había comenzado a ser miembro del club los Jacobinos, asociación de inspiración masónica, e instruido por grandes personajes como de Barras, pero muchos historiadores, se agregan a la postura que Bonaparte no sería un miembro propiamente tal de la masonería hasta 1798, siendo iniciado en una logia italiana.
También es sabido que todos sus hermanos lo eran: José, Luis, Jerónimo y Luciano, quienes Napoleón los investirá (correspondientemente) como rey de España, rey de Holanda, rey de Westfalia y príncipe de Cannino.
Creemos que la política napoleónica cercana (relativamente) a la cristiandad, donde el vio un estandarte de poder, lo hubiese alejado al programa de la Gran Logia de Francia, siendo esta un antro de ideas laicas, y ateas, y para la sorpresa de muchos será esta logia, dirigida por el gran maestro José Bonaparte, hermano mayor del dictador francés, quien sin adelantarnos al final, sería el que le quitaría todo su apoyo, al final de su régimen, para darle lugar a los príncipes borbones, que si se adherían más bien a los criterios y programas de esta logia.
Masonería y hegemonía europea
Si buscamos una contextualización a este momento histórico, bien aprovechado por Bonaparte, nos tendríamos que ubicar en la revolución francesa, una revolución burguesa, con ideales humanistas nacidos en logias masónicas, y llevadas a cabo por un pueblo, al que lo único prometido, y concedido fue el pan.
En la escena política, fue reemplazado los dos poderes dominantes del estado hasta ese momento, la Iglesia y la monarquía (parcialmente anti-masónica). Como represaría contra la iglesia fue instaurado en 1790 la constitución civil del clero, que consistía en dejar a los sacerdotes a la merced de los masones de la asamblea constituyente francesa, desvalidando la potestad papal.
Las iglesias serian destinadas para otros usos, tales como la Nuestra Señora de París,que fue convertida en el “templo para la diosa razón”, y fue escenario de ritos pocos cristianos llevados a cabo por la francmasonería parisina.
En estos años pareciese que la logia británica, y la logia francesa, como también algunos miembros de la primera (logia nombrada), como los ricos banqueros Rothschild, ayudaron para mantener el caos en Francia (más interesante saber que fueron, y son uno de los grandes financistas del sionismo de hoy).
Es muy importante mencionar que en 1773 la Gran Logia escocesa (inglesa) de orientación deísta y el Gran Oriente de Francia, de orientación atea, se separaron, continuamente, desembocando las grandes guerras que las mencionaremos bajo el nombre las “coaliciones” contra Napoleón, quien si bien intento unirlas bajo su liderazgo, terminaran uniéndose, pero en su contra.
Las represarías contra la monarquía comenzaron con Luis XV, quien había prohibido desde 1727 las logias en sus dominios, sancionando a los nobles al adherirse a ella. Este programa fue seguida por Luis XVI, teniendo el final que todos conocemos (la guillotina). Pero no fue así la postura de sus dos hermanos, los futuros Luis XVIII y Carlos X, activos masones, que luego de Napoleón, serían los reyes de la Francia tricolor. Es importante mencionar que ellos también maquinaron la muerte de su depuesto hermano mayor.
Puntualmente todo lo que vamos a ver y da origen a las siete coaliciones serán por el intento de Napoleón controlar la masonería, y el uso de esta, como instrumento imperial.
Napoleón no entenderá el destino de aquellos que se opusieron a la masonería, él no se dio cuenta que fue un instrumento más de algo mucho más grande y global, o si se dio cuenta, su megalomanía no lo haría entender, sino mucho más tarde, que el poder no está en las manos de Hombres.
La masonería y el Cristianismo
La relación entre los constructores del Templo de Jerusalén (inspiradores de la masonería) y el cristianismo, fue materializado en el año 614, cuando el Papa Bonifacio IV otorga a los albañiles, y constructores las franquicies de libertad de movimientos, entre un reino a otro, permitiéndoles también la trasmisión de secretos de sus técnicas. Recordemos que la palabra francmasón, indica un albañil poseedor de las franquicias de circulación.
En el Siglo XVI, la Revolución protestante, lideradas por el ex sacerdote Martín Lutero (miembro de la cofradía filo-masónica denominada Rosacruz) acarreó las corporaciones de albañiles, maestros de obra, contra la Iglesia de Roma y a favor de la reforma, provocando un quiebre, que aparte de guerras religiosas provocara la prohibición definitiva de la ordenes masónicas, ya que estos albañiles, desde este periodo, trabajaran junto con los protestantes para hundir la vieja fe europea. En el Siglo XVIII Dos pastores protestantes, Désaguliers en 1716 y Anderson en 1739, redactaran dos famosas constituciones masónicas, para usarse como directrices de las logias. Benedicto XIV en la primera mitad del siglo XVIII excomulgará definitivamente a los miembros de estas órdenes secretas.
Sin embargo a los albores de la revolución francesa, la logia masónica reunía a miembros de todas las religiones, y posiciones políticas, burgueses y nobles, y en el momento de la gran revolución, encontramos además la Gran logia de Londres y Gran Oriente francés trabajando juntas en el nombre del nuevo orden mundial, materializados en la unidad de ambos ritos un día después de la coronación imperial de Bonaparte (6 de diciembre de 1804). Las carteras imp