Según las aleyas del Corán y las narraciones que han hablado del aspecto de los ángeles, los ángeles pueden aparecer en diferentes formas. El Profeta del Islam (PBD) a veces veía al arcángel Gabriel en forma de un joven árabe, y otras veces lo vio con alas y con sus aspectos sobrenaturales.
Se ha narrado que el Imam Sadiq (P) dijo:
*"Dios creó a los ángeles en varias formas, y el Profeta (PBD) vio a Gabriel con seiscientas alas"*.[Tafsir, volumen 2, página 206]
Los exégetas creen que el número de alas de los ángeles es un signo de su rapidez en el cumplimiento de los mandatos de Dios, un símbolo del poder de transmisión y acción, y una señal que muestra la diferencia en los rangos de los ángeles.
En la primera aleya de la Sura al-Fatir, Dios se refiere a su poder como Creador de los cielos y la Tierra, Quien ha puesto a los ángeles como mensajeros y poseedores de alas dobles, triples o cuádruples:
الْحَمْدُ لِلَّهِ فَاطِرِ السَّمَاوَاتِ وَالْأَرْضِ جَاعِلِ الْمَلَائِكَةِ رُسُلًا أُولِي أَجْنِحَةٍ مَّثْنَىٰ وَثُلَاثَ وَرُبَاعَ
Según Al-lame Tabataba’i, las alas de los ángeles es una expresión que se refiere a su capacidad para trasportarse entre el cielo y la tierra, y no significa que ellos tengan alas como las de los pájaros.
Según las narraciones, el ángel de la muerte aparece en diferentes formas para tomar la vida de los seres humanos. Los incrédulos ven al Ángel de la Muerte con una apariencia horrible, con muy mal olor y vestido con ropas oscuras, mientras que de su boca y nariz sale fuego y humo. Se ha narrado que el Profeta Ibrahim (P) dijo a este respecto: "Si el pecador solo ve esta escena, le será suficiente para ser castigado por sus acciones". Pero los creyentes ven al Ángel de la Muerte con la forma de un hermoso joven y, con una aroma agradable. Se ha narrado que el Profeta Ibrahim (P) al ver esta escena tan agradable, le dijo al Ángel de la Muerte: "Si un creyente solo ve este buen rostro tuyo como recompensa por sus buenas obras, será suficiente para él". [Ref. Ibn Abi Yumhur, ‘Awali al-La’ali, tomo 1, p. 274]