Luqman y sus consejos paternales

Luqman fue un hombre sabio que vivió durante la época del Profeta Dawud (David), conocido por su gran conocimiento transmitido a la posteridad en forma de consejos morales dirigidos a su hijo. Hay diferentes opiniones sobre su estado. Algunos creen que fue un estudioso de las ciencias religiosas y la ética, mientras que otros creen que fue en efecto un profeta de Dios, mientras que otros creen que fue un esclavo que alcanzó un estado espiritual sublime gracias a su conducta moral y por lo tanto fue puesto en libertad de su amo. También hay opiniones divergentes con respecto a su origen étnico y dónde había vivido. Algunos creen que era del pueblo de Aad, mientras que otros dicen que era uno de los Bani Isra'il o un antiguo esclavo abisinio. Se dice que Luqman solía asesorar al Profeta Dawud (P) en asuntos judiciales. Entre sus características morales y de comportamiento se pueden mencionar la humildad ante las personas, nunca inclinarse hacia el politeísmo, caminar lentamente, la moderación, el pensamiento profundo, el silencio, la honestidad, la sinceridad y ayudar a resolver las disputas de las personas. Hay una Sura en el Sagrado Corán llamada Luqman donde se dan diez de sus consejos a su hijo. Estos incluyen la necesidad de mantener la paciencia en tiempos de problemas, recitar oraciones, promover la virtud y prevenir el vicio, y llevar una vida moderada. Su consejo también ha sido citado en otros textos religiosos. Por ejemplo, se informó que Luqman exhortó a su hijo a ayudar a los demás, a menudo tener una sonrisa en su rostro, ser generoso, aceptar invitaciones de otros y dar consejos útiles a sus amigos. Luqman creía que un buen compañero es aquel que siempre recuerda a Dios, las acciones de esa persona benefician a sus compañeros y son portadores de la misericordia divina. También creía que incluso mil amigos no son suficientes, mientras que incluso un enemigo es demasiado. Luqman era un ser humano ordinario con gran sabiduría. Se ha narrado que uno de sus amigos le preguntó cómo acumulaba tanto conocimiento y él respondió que era una bendición de Dios otorgada por su conducta moral y características como la honestidad, la sinceridad y el silencio cuando no se aprovechaba hablar.