Sura 80. ‘Abasa (Frunció las Cejas) (árabe: سورة عَبَسَ, literalmente: Él frunció el ceño) es la octogésima sura del Corán. Es una sura maquense del Corán que se encuentra en el trigésimo yuz'. Este sura se llama Abasa porque comienza con la palabra. Este sura trata sobre el valor y el significado del Corán, la ingratitud del hombre hacia las bendiciones de Dios, los horribles incidentes del Día de la Resurrección y el destino de los humanos en ese día.
En los primeros versos de este sura, Dios condenó a una persona que trató mal a un ciego. Hay desacuerdos entre los exegetas sobre la identidad del condenado; si él era el Profeta Muhammad (bpd) o cualquier otra persona.
El sura advierte a los que respetan más a los ricos que a los necesitados y los indigentes, a los que prestan más atención a la gente mundana que a los devotos.
Le recuerda a la humanidad cuán trivial y superficial es este mundo, refiriéndose a la creación del hombre a partir de "una gota de semilla" y su total dependencia en varios aspectos de la vida. A pesar de ello, subraya la Sura, la poca gratitud del ser humano.
La Sura habla de las diferentes etapas de la creación del hombre, las bendiciones de Dios, la vida en la tierra y luego el Día de la Resurrección y los rostros de las personas que estarán felices o tristes, creyentes y no creyentes en ese día.
El capítulo pone especial énfasis en el Día del Juicio. El contenido de la sura se puede dividir en cinco categorías:
1- Reprende a los que hacen distinción entre ricos y pobres en su trato con la gente.
2- Destacar la importancia del Corán.
3- Criticar la ingratitud del hombre hacia Dios a pesar de todas las bendiciones que Dios le ha concedido.
4- Subraya algunas de las bendiciones que Dios ha dado al hombre
5- Resalte algunos de los eventos que tendrán lugar el Día del Juicio y el destino de los creyentes y no creyentes en ese día.
Entre los versículos importantes de este capítulo están aquellos que hablan de cómo las personas huyen unas de otras el Día de la Resurrección.
“Será un día cuando una persona huya de su hermano, su madre y padre, su esposa e hijos. Porque ese día todos estarán completamente inmersos en sus propias preocupaciones. (Versículos 34-37)
Según la exégesis del Corán, estos versículos muestran la gravedad de la situación y el terror en los corazones de la gente ese día. Las personas no solo olvidarán a sus familiares y conocidos, sino que huirán de ellos.
Allamaeh Tabatabaei dice que por qué la gente huye de sus familiares el Día de la Resurrección arroja luz sobre la dificultad que habrá ese día. Las dificultades llegan a tal punto que las personas se vuelven incapaces de pensar en otra cosa que no sea su propia salvación.