Uno de los métodos de educación más efectivos es aquel en el que se intenta inducir al receptor a razonar a través de preguntas y respuestas. Quizás la persona más conocida que ha aplicado este método es el filósofo griego Sócrates. Pero mucho antes que él fue el Profeta Ibrahim (Abraham) quien empleó este tipo de método en su obra de predicación.
Abraham, quien fue uno de los Ulul-Azm (Archiprofetas) mensajeros de Dios, trabajó arduamente en la tarea de educar a la gente de su tiempo.
Entre los métodos que utilizó estuvo el inductivo a través de preguntas y respuestas. Lo empleó para convencer a los incrédulos.
Abraham trató varias veces de resaltar y transmitir a los no creyentes el concepto según el cual una deidad debe tener dos cualidades fundamentales para ser llamado Dios, de lo contrario no sería digno de adoración: debe estar vivo (en el sentido de ser consciente) y debe ser consciente de las necesidades humanas.
La gente de ese tiempo era idólatra. Adoraron ídolos que habían hecho con sus propias manos. Un día, cuando la gente había salido de la ciudad para un ritual, Abraham fue al templo donde se guardaban los ídolos y comenzó a destruirlos con un hacha. Solo perdonó al ídolo más grande y dejó el hacha colgando de su cuello.
Cuando la gente regresó a la ciudad, vieron lo que había sucedido y se dieron cuenta de que era Abraham.
Le preguntaron si era él quien destruía los ídolos. Abraham aprovechó la oportunidad para darles una sencilla lección de razonamiento.
Usó el razonamiento y la lógica para invalidar todas sus preguntas con una pregunta: “Él respondió: 'Creo que el más grande destruyó a los más pequeños. Pregúntale si es capaz de hablar”. (versículo 63 de Surah Al-Anbiya)
Por lo tanto, de esta manera, Abraham planteó preguntas importantes en la mente de sus interlocutores:
1- Si este ídolo es Dios, ¿por qué no puede hablar?
2- ¿Por qué no puede defenderse y decir que no destruyó a los otros ídolos?
3- Es inconsciente y no muestra reacción a lo que sucede a su alrededor. ¿Cómo puede satisfacer las necesidades de las personas?
Con una sola frase, Abraham desafió su débil razonamiento y les hizo comprender que estaban equivocados. En esa ocasión, sin embargo, los incrédulos, aunque se dieron cuenta de la verdad, se negaron a creer y persistieron en sus posiciones erróneas. A pesar de esto, el gesto y la pregunta de Abraham sembró la semilla de la duda en la mente de muchas personas y sentó las bases para la afirmación y aceptación de la verdad por parte de muchas personas.
Una de las cosas más importantes que hace un maestro es hacer preguntas que hagan reflexionar a los estudiantes. Al reflexionar profundamente sobre un tema, aprenden otros aspectos de ese tema y avanzan hacia metas elevadas.