El informe sobre el estado de la economía islámica en el mundo muestra que la industria de la confección ha experimentado un crecimiento significativo después de la crisis y la recesión provocadas por el coronavirus, gracias a nuevas iniciativas y al crecimiento de las inversiones.
Gateway, la industria mundial de la moda, ha experimentado una buena recuperación de la recesión provocada por la pandemia de Covid-19, al igual que la industria de la moda islámica, con el resurgimiento de marcas antiguas, la aparición de nuevas marcas y el interés de los minoristas en esta área de ropa.
Según el informe sobre el estado de la economía islámica mundial (SGIE) de 2023/24, los musulmanes gastaron 318.000 millones de dólares en ropa y calzado en 2022, un aumento del 8,4% respecto al año anterior.
Alia Mia, analista de moda de DinarStandard, dijo que las principales marcas continúan ampliando su oferta de ropa (islámica).
Indonesia aspira a convertirse en la capital mundial de la confección y ya ha adoptado varias iniciativas para lograrlo.
Varias marcas introdujeron innovaciones para satisfacer las necesidades de los consumidores preocupados por la moda, como ropa sencilla para surfear, ropa hecha con telas absorbentes de luz que contienen vitamina D y los primeros hijabs resistentes al agua y al viento.
En algunas regiones, como el estado de Nueva York y la Unión Europea, se han introducido nuevas leyes para garantizar la existencia continua de empresas y marcas producidas de forma ética. Si bien en algunos lugares las mujeres tienen prohibido legalmente usar el hijab, los usuarios de las redes sociales, personas influyentes y celebridades se han pronunciado contra esta discriminación y están ayudando a crear conciencia sobre los problemas que enfrentan las mujeres musulmanas.
Al mismo tiempo, el informe de la SGIE identificó señales significativas de nuevas oportunidades que impulsarán el crecimiento en esta área. Estos indicios incluyen la compra al por mayor, que se ha convertido en un método común entre los compradores de ropa, la reventa y el alquiler de prendas de vestir, que es la forma más eficaz de hacer más sostenible la industria de la moda, y la creciente demanda de ropa deportiva femenina, que constituye otra oportunidad en este ámbito.