Según la Agencia Internacional de Noticias Ahlul Bait (A.S.) —ABNA—, los investigadores de Nahj al-Balagha consideran que esta frase del Imam Alí (A.S.) forma parte de su sermón pronunciado tras enterarse del engaño de Amr ibn al-As a Abu Musa al-Ash’ari en el asunto del arbitraje. El texto completo de este sermón se encuentra registrado en el libro Tamaam Nahj al-Balagha como el sermón 57.
Sin embargo, la fuente histórica más antigua que cita esta frase del Imam Alí (A.S.) es el conocido libro Al-Mi’a Kalima (Las cien palabras), escrito por Yahiz. Este libro contiene cien dichos breves del Imam Alí (A.S.) y fue compilado en el año 255 del calendario lunar (Hégira). En otras palabras, esta frase fue registrada aproximadamente 150 años antes de la compilación de Nahj al-Balagha.
Este dicho del Imam Alí (A.S.), con ligeras variaciones en las palabras, puede encontrarse en los libros Rawdat al-Wa’izin de Ibn Fattal al-Nishaburi, Kanz al-Fawa’id de Karayki, Ghurar wa Durar de Amidi, Ikhtiar Misbah al-Salikin de Ibn Maytham al-Bahrani y Bihar al-Anwar de Allamah Maylisi.
El Imam Alí (A.S.) en la sabiduría 19 de Nahj al-Balagha habla sobre los deseos y la esperanza (aml) diciendo: «مَنْ جَرَی فِی عِنَان أَمَلِهِ عَثَرَ بِأَجَلِهِ, aquel que camina en pos de sus deseos caerá en la trampa de la muerte».
La palabra aml en árabe puede usarse en un sentido positivo o negativo. Por ejemplo, Dios es descrito como «منتهی الأمل» (el fin último de la esperanza), y en un hadiz del Profeta Muhammad (S.A.W.) se dice: «الأَمَلُ رَحْمَةٌ لأُمَّتِی, la esperanza es una misericordia para mi comunidad».
Sin embargo, en las fuentes narrativas, se critica el tener deseos y aspiraciones prolongadas, especialmente cuando el ser humano dedica todos sus esfuerzos, sin prestar atención a las dimensiones espirituales o las creencias en la vida futura, a alcanzar deseos mundanos. Es natural que, en este tipo de vida, lo que impulsa al ser humano a esforzarse y guía sus orientaciones sean sus deseos.
Como el Imam Alí (A.S.) expresó en esta misma sabiduría: «مَنْ جَرَی فِی عِنَان أَمَلِهِ», la palabra unan puede interpretarse en relación con la similitud de los deseos con montar un caballo, y el término jari refleja el apresurarse en pos de deseos prolongados.
Para el ser humano, los deseos y las dimensiones de las aspiraciones materiales son interminables, y nunca abandona sus múltiples anhelos y tendencias. Solo cuando llega la muerte, y los factores de la vida se detienen, estos deseos materiales se ven limitados. Como se menciona en esta sabiduría: «عَثَرَ بِأَجَلِهِ, caerá en la trampa de la muerte».
Ahora bien, si una persona tiene deseos no mundanos y espirituales a lo largo de su vida, y se esfuerza por alcanzar esos deseos —que en el lenguaje narrativo pueden considerarse como «un buen destino final» y, en términos de lucha espiritual, «el martirio en el camino de Dios»—, todas las dimensiones de su vida se verán influenciadas por este deseo espiritual. Así, intentará, con base en sus creencias religiosas y esfuerzos prácticos, hacer realidad su deseo.
Esta persona, a través de diversos esfuerzos, como establecer fundaciones benéficas o escribir libros y textos, busca dejar un legado perdurable, o a través del martirio, alcanzar una vida eterna.
Fuentes:
Libro: Mensaje del Imam, comentario de Nahj al-Balagha por el Ayatolá Makarem Shirazi
Libro: Narradores y transmisores de Nahj al-Balagha, por el fallecido profesor Muhammad Dashti
Libro: Diccionario de términos de Nahj al-Balagha, por Mansur Pahlavan
Libro: Tamaam Nahj al-Balagha, compilado por Seyyed Sadeq Musavi
Libro: Kashkul, por Sheij Bahai
Seyyed Ali Asghar Hosseini / ABNA
Su comentario