14 octubre 2025 - 01:49
fuente: Hawzah News
¿Por qué entre 124 mil profetas y 14 inmaculados solo hay una mujer?

El profetismo es una responsabilidad práctica y pesada que normalmente recae en los hombres; sin embargo, la perfección real del ser humano consiste en alcanzar la Wilayah Divina (la cercanía y autoridad espiritual de Dios), algo que no depende del género. Por ello, grandes mujeres como Fátima Zahra (P), María (P), Asiya (P), Zaynab (P) y Fátima Ma‘suma (P) también pueden alcanzar el grado de Wilayah e incluso de infalibilidad.

Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA):  El Ayatolá Yavadi  Amoli aborda en una de sus obras el tema de la “razón por la cual las mujeres no fueron elegidas para el rango de profecía e imamato”, texto que presentamos a ustedes, estimados lectores.

¿Por qué entre 124 mil profetas y 14 inmaculados solo hay una mujer?

Primera razón:

No existe una prueba que indique que haya solo una mujer infalible.

Es posible que grandes mujeres como Zaynab al-Kubra (P) y Fátima Ma‘suma (P) también hayan alcanzado el grado de infalibilidad, aunque oficialmente no se les haya otorgado el título de “Ma‘suma”.

Segunda razón:

La profecía y la misión profética son responsabilidades de ejecución y liderazgo que exigen fuerza física y condiciones especiales, atributos que generalmente se encuentran en los hombres.

Sin embargo, la verdadera perfección del ser humano es alcanzar el grado de Wilayah Allah (la amistad y cercanía divina), algo que no está relacionado con el género; tanto hombres como mujeres pueden lograrlo.

Ejemplos de mujeres que alcanzaron altos grados espirituales:

Asiya (P)

María (P)

Fátima Zahra (P)

Zaynab al-Kubra (P)

Fátima Ma‘suma (P)

Cada una, manteniendo su posición y dignidad, pudo haber alcanzado el grado de Wilayah Divina.

Conclusión:

La profecía es una misión de carácter ejecutivo, y las limitaciones físicas hicieron que este rango se asignara a los hombres.

Pero la Wilayah —que representa el nivel más alto de perfección humana— no depende del género, y cualquier persona, hombre o mujer, puede alcanzarla mediante la piedad y la fe.

Fuente: Nasim-e Andisheh, volumen 1, página 84.

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