El este de esta ciudad del sur de Gaza, último refugio de los desplazados de la Franja, está siendo machacado por las bombas del ejército de Israel, que ya ha desplegado también carros de combate en esos suburbios y las tropas tomando posiciones para el asalto final que subyugue totalmente a los palestinos en su territorio.
De nada sirvieron los intentos de Hamás para intentar arreglar una tregua a última hora del lunes, aceptando una propuesta de Egipto y Catar, y en la que el grupo de resistencia renunciaba a su reivindicación de que el alto el fuego fuera permanente, según informa Público.
La aceptación por Hamás de las condiciones para el alto el fuego propuestas por Egipto y Catar (que además recogían la mayor parte de lo exigido por Israel) "buscaba torpedear la entrada de nuestras fuerzas en Rafah", dijo el primer ministro israelí. Esto, añadió, "no ha ocurrido".
A los bombardeos del lunes en varios barrios del este de Rafah siguió la orden israelí de evacuar a cerca de cien mil habitantes de la ciudad y dirigirse hacia el norte, a un campamento en las cercanías de la ya arrasada Jan Yunis, provocando así el primer drama humano de la ofensiva terrestre contra esa urbe fronteriza con Egipto, donde casi 1,5 millones de personas se arraciman sin salida.