En un extenso discurso con motivo del aniversario del nacimiento de Fátima al-Zahra (P), el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Jameneí, denunció lo que calificó de «expansionismo territorial» de Estados Unidos en América Latina para apoderarse de los recursos petroleros de la región, al tiempo que señaló la «resistencia nacional» como pilar fundamental para enfrentar la presión extranjera.
El mayor logro de este noble mártir, en su condición y estatura de erudito religioso y líder político, fue la institucionalización de una cultura de dignidad y honor. Fue un refugio firme frente a los poderes arrogantes, sacrificando toda su vida en ese camino.
«Gaza pasó de ser la cárcel más grande a cielo abierto, a ser el campo de concentración a cielo abierto. Ya no hay escuelas, universidades, centros hospitalarios, recursos médicos, ya no queda nada, solo la esperanza en Dios».
El reconocido analista británico David Hearst, en un artículo detallado publicado en Middle East Eye, argumenta que el ataque de Israel contra Irán, a pesar del alboroto inicial, no solo no logró sus objetivos militares y estratégicos, sino que cambió el equilibrio de poder a favor de Teherán y desafió la posición de Tel Aviv.
El Custodio de Astan Quds Razavi, Ayatolá Ahmad Marvi, destacó que la opresión nunca es sostenible y que la justicia prevalecerá, comparando los crímenes del régimen sionista con las ilusiones de la dinastía omeya durante la tragedia de Ashura. En su discurso ante estudiantes libaneses en Irán, condenó la brutalidad sionista y subrayó que la resistencia palestina sigue fortaleciéndose a pesar de los esfuerzos israelíes por erradicarla.