Por Agencia de Noticias Ahlul Bait (ABNA) – Katmandú, Nepal – Desde el 8 de septiembre de 2025, Nepal enfrenta protestas masivas y violentas lideradas por la Generación Z. Las manifestaciones comenzaron con una marcha pacífica de miles de estudiantes frente al Parlamento Federal en reacción a la decisión del gobierno de KP Sharma Oli, líder del Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado) y primer ministro desde julio de 2024, de prohibir 26 plataformas de redes sociales, incluyendo Facebook, WhatsApp, Instagram y YouTube. El gobierno justificó la medida como un esfuerzo para combatir “noticias falsas y discursos de odio”, pero los manifestantes la consideraron un intento de reprimir campañas en línea contra la corrupción, como “Nepo Kids”, que denunciaba en TikTok el estilo de vida lujoso de los hijos de la élite política.
Las protestas escalaron rápidamente a la violencia. Según Reuters y BBC, el lunes 8 de septiembre, la policía respondió con gases lacrimógenos, balas de goma y munición real, matando al menos a 19 personas e hiriendo a más de 300. Los manifestantes, muchos de ellos estudiantes con uniformes escolares, corearon consignas como “¡Oli es un ladrón, abandona el país!” y “¡Generación Z contra la corrupción!” mientras atacaban edificios gubernamentales y oficinas de partidos. El martes 9 de septiembre, la situación se agravó: el Parlamento Federal, el complejo administrativo Singha Durbar (sede de la oficina del primer ministro), la oficina del Partido del Congreso de Nepal y el hotel Hilton en Katmandú, propiedad de un líder del partido gobernante, fueron incendiados. Las residencias privadas de Oli, del presidente Ramchandra Paudel y de otros ministros fueron destruidas, y la esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal falleció en el incendio de su hogar. Más de 2,000 prisioneros, incluido el líder opositor Rabi Lamichhane, fueron liberados de cárceles en todo el país, y el aeropuerto internacional de Tribhuvan en Katmandú fue cerrado.
KP Sharma Oli, conocido por su cercanía con China y por firmar recientemente el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) con una ayuda de 41 millones de dólares, renunció el 9 de septiembre, declarando: “Me retiro para resolver la crisis conforme a la constitución”. El gobierno levantó la prohibición de las redes sociales, pero las protestas continuaron. El ejército nepalí, que rara vez interviene en asuntos internos, se desplegó la noche del 9 de septiembre, impuso un toque de queda nacional y cerró las fronteras.
Las raíces de la crisis van más allá de las redes sociales: la tasa de desempleo juvenil es del 20%, y la corrupción generalizada, junto con la rotación constante de poder entre líderes políticos en los últimos 17 años, ha alimentado la ira de los jóvenes. Campañas en línea como “Nepo Kids” expusieron la desigualdad social al destacar el estilo de vida lujoso de los hijos de la élite política.
Sin embargo, existen evidencias que sugieren que las protestas podrían estar influenciadas por actores externos, especialmente Estados Unidos, para desestabilizar al gobierno afín a China. Históricamente, Washington ha apoyado cambios de régimen en el sur de Asia, como en Bangladesh (2024) y Sri Lanka (2022), donde movimientos similares derrocaron gobiernos cercanos a China. En 2022, la aprobación del “Pacto del Desafío del Milenio” (MCC) de 500 millones de dólares, promovido por EE.UU., generó protestas por ser visto como parte de la “estrategia indo-pacífica” para contrarrestar a China (Reuters, 28 de febrero de 2022). Estas intervenciones, a menudo canalizadas a través de ONG, refuerzan la teoría de una posible manipulación extranjera en Nepal.
La ONU, a través del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, y Amnistía Internacional condenaron la violencia policial y el uso de munición real, exigiendo investigaciones independientes. Los vecinos de Nepal, especialmente India, han instado a una resolución pacífica, pero la preocupación por la inestabilidad regional crece.
Su comentario