Según informó la Agencia de Noticias Ahl al-Bayt (ABNA), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha solicitado el inicio inmediato de una investigación independiente, rápida y transparente sobre los episodios de violencia registrados recientemente en la provincia de Suwaida, al sur de Siria. De acuerdo con diversas fuentes, los enfrentamientos han dejado un saldo aproximado de 600 personas fallecidas.
Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, afirmó en un comunicado: “El derramamiento de sangre y la violencia deben cesar de inmediato. La prioridad absoluta debe ser la protección de todas las personas. Todos los responsables de violaciones de derechos humanos deben rendir cuentas”.
Advirtió además sobre el riesgo de una escalada de tensiones en Suwaida y subrayó que “es esencial tomar medidas urgentes para prevenir la repetición de estos enfrentamientos. La venganza y las represalias no son una solución”.
Basándose en informes creíbles, Türk denunció graves violaciones y abusos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, asesinatos arbitrarios, secuestros, destrucción de propiedades privadas y saqueos de viviendas.
El comisionado también indicó que los responsables de estos actos violentos podrían incluir tanto a elementos de las fuerzas de seguridad como a individuos vinculados a las autoridades del gobierno de Jolani, así como a combatientes locales pertenecientes a clanes drusos y comunidades beduinas.
Asimismo, Türk alertó sobre el desplazamiento masivo de cientos de residentes de ciudades y aldeas de la provincia de Suwaida como consecuencia de los combates.
En los últimos días, tras varios días de enfrentamientos armados, las fuerzas del gobierno de Jolani se retiraron de la provincia. Esta retirada fue seguida por actos de provocación por parte de ciertos clanes beduinos —que participaron en los ataques—, los cuales llamaron abiertamente a la guerra de las tribus árabes contra la comunidad drusa de la región.
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