Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA): En un acto cargado de simbolismo en la Plaza de los Mártires de Beirut —antigua línea divisoria de la guerra civil—, el Papa León XIV presidió este lunes un encuentro interreligioso con representantes de 16 de las 18 confesiones reconocidas en Líbano, entre ellas sunníes, chiíes, drusos y diversas iglesias cristianas.
Rodeado por los máximos responsables religiosos musulmanes y cristianos, y con la llamada a la oración resonando desde la cercana mezquita Mohammed al Amin, el Pontífice instó a “ser constructores de paz, confrontar la intolerancia, superar la violencia y desterrar la exclusión”. Destacó que la coexistencia en Líbano es “una misión histórica” que demuestra que cristianos y musulmanes pueden vivir y construir juntos un país basado en el respeto y el diálogo.
Durante la ceremonia, líderes chiíes y sunníes subrayaron la experiencia única del Líbano en el diálogo interconfesional incluso en los momentos más difíciles. El sheij Fuad Khreis, clérigo chií, afirmó que “Líbano es fuerte gracias a su pueblo y todas sus comunidades; debemos permanecer unidos y hablar entre nosotros, especialmente en la difícil situación que atravesamos”.
El Papa concluyó el encuentro plantando un olivo —símbolo de reconciliación presente en los textos sagrados del cristianismo, el judaísmo y el islam— junto a los líderes religiosos, mientras un coro infantil interpretaba himnos cristianos e islámicos.
Este martes, último día de su visita, León XIV oficiará una misa ante más de 120.000 fieles en el paseo marítimo de Beirut y rezará en silencio en el lugar de la explosión del puerto de 2020, donde rendirá homenaje a las víctimas y a los sobrevivientes que aún reclaman justicia.
El Pontífice también visitó el santuario mariano de Harissa y se reunió con miles de jóvenes en Bkerke, a quienes animó a “cambiar el rumbo de la historia” y a no abandonar su país pese a la crisis económica y la amenaza de nuevos conflictos.
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