Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA): Umm al-Banīn, la honorable esposa de Amir al-Mu’minin ʿAlí (P) y madre de los cuatro grandes mártires de Kerbalá —el Imam al-ʿAbbās (P), ʿAbd Allāh, Ŷaʿfar y ʿUthmān— es una de las mujeres más excelsas de la historia del Islam. Su nombre verdadero era Fāṭima, pero tras casarse con Amir al-Mu’minin ʿAlí (P), en respeto a la noble Fāṭima az-Zahrā (la paz sea con ella) y para que el nombre «Fāṭima» no se pronunciara en la casa, se la llamó Umm al-Banīn (madre de los hijos varones). Esta fue la primera muestra sublime de su cortesía y humildad incomparables.
1. La cortesía sin igual de Umm al-Banīn
- Cortesía hacia la noble Fāṭima az-Zahrā (la paz sea con ella) Al entrar en el hogar de Amir al-Mu’minin ʿAlí (P), dijo a los Imames al-Hasan y al-Husáin (P): «Yo soy vuestra sierva; haré cuanto me ordenéis». Nunca se colocó al lado de la noble Fāṭima az-Zahrā (la paz sea con ella), la verdadera madre de al-Hasan y al-Husáin (P). Incluso después del martirio de aquella noble dama, siempre decía: «Al-Hasan y al-Husáin son hijos de Fāṭima» y los llamaba «siyyidī» (mi señor).
- Cortesía en el duelo Tras el martirio de Kerbalá, Umm al-Banīn iba cada día al-Baqí y recitaba elegías por sus hijos y, sobre todo, por el Imam Huséin (P). Sus elegías eran tan conmovedoras que incluso Marwán ibn al-Ḥakam —enemigo de la Ahl al-Bayt (PB)— lloraba al oírla. Pero nunca mencionó el nombre de sus propios hijos; siempre decía: «يَا مَنْ رَأَى الْعَبَّاسَ كَرَّ عَلَى جَمْعِ الْأَعْدَاءِ وَخَلْفَهُ بَنُو أَبِيهِ الْأَبْطَالِ...» (¡Oh, quien vio a al-ʿAbbās cargar contra las huestes enemigas, seguido por los hijos de su padre, los héroes invencibles!). Este fue el colmo de la cortesía y el sacrificio: aun en la cumbre del dolor, no pronunció el nombre de sus hijos para que el nombre del Imam Huséin (P) no quedara nunca en segundo plano.
2. La educación de los hijos: un modelo insuperable
Umm al-Banīn educó a sus cuatro hijos con tal perfección que los cuatro alcanzaron el altísimo grado del martirio en Kerbalá, y en especial el Imam al-ʿAbbās (P) quedó inmortalizado como Qamar Banī Hāshim, Saqqāʾ Karbalā y Bāb al-Ḥawāʾiŷ. Los pilares de su educación fueron:
- Enseñar la valentía junto con la máxima cortesía El Imam al-ʿAbbās (P), con toda su bravura y majestuosidad, mostraba ante el Imam Huséin (P) tal cortesía que nunca le miraba directamente a los ojos y siempre se sentaba un poco más abajo. Esa inmensa adab la había aprendido de su madre.
- Fe profunda y confianza absoluta en Dios Cuando le anunciaron el martirio de sus cuatro hijos, preguntó: «¡Habladme de Huséin!». Al decirle que el Imam Huséin (P) también había sido martirizado, exclamó: «Habéis arrancado un pedazo de mi ser; toda mi esperanza era Huséin». Pero luego, con total paciencia y sumisión, dijo: «¡Señor! Te doy gracias porque me diste cuatro hijos y los tomaste todos en Tu camino». Esa fe y esa resignación eran las mismas que corrían por las venas de sus hijos.
3. ¿Por qué hoy Umm al-Banīn es nuestro modelo?
- En un mundo donde muchas madres solo aspiran al éxito terrenal de sus hijos, Umm al-Banīn nos enseña que el mayor orgullo de una madre es que sus hijos den la vida en el camino de Dios y junto a su Imam.
- En una época en que la cortesía y el respeto a los mayores —y especialmente a la Ahl al-Bayt (PB)— se han debilitado, la actitud de Umm al-Banīn hacia los Imames al-Hasan y al-Husáin (P) es la mejor lección.
- En tiempos en que soportar las dificultades se ha vuelto arduo, la paciencia de Umm al-Banīn tras el martirio de sus cuatro hijos y del Imam Huséin (P) es una antorcha que ilumina el camino.
- En una era en que la lealtad a la guía religiosa y a los ideales divinos mengua, la fidelidad absoluta de los hijos de Umm al-Banīn al Imam Huséin (P) es un ejemplo perfecto.
Umm al-Banīn nos convoca a:
- Revivir en nuestros hogares la cortesía y el amor por la Ahl al-Bayt (PB).
- Educar a nuestros hijos de modo que, si un día fuera necesario, ofrezcan sus vidas sin titubear por sus convicciones.
- En las penas y las pruebas, confiar en Dios como ella confió y ejercitar la paciencia.
La ziyāra que se recita en su honor termina con esta hermosa salutación:
«السَّلامُ عَلَیْکِ یَا فَاطِمَةَ بِنْتَ حِزَامٍ، السَّلامُ عَلَیْکِ یَا أُمَّ الْبَنِینَ، السَّلامُ عَلَیْکِ یَا مَنْ وَهَبْتِ أَوْلادَکِ الأَرْبَعَةَ لِلْحُسَیْنِ(ع)...»
«As-salāmu ʿalayki yā Fāṭimata bint Ḥizām, as-salāmu ʿalayki yā Umm al-Banīn, as-salāmu ʿalayki yā man wahabti awlādaki al-arbaʿata lil-Ḥusayn (P)...»
Su comentario