Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA): En una misiva publicada por el canciller venezolano, Yván Gil, y dirigida a Vassily Nebenzia, representante de Rusia y actual presidente del Consejo de Seguridad, Caracas advierte, basándose en “información creíble”, que un ataque de Estados Unidos podría ocurrir “en el corto plazo”. Venezuela denuncia que estas acciones forman parte de un intento de “cambio de régimen” y solicita que se determine la “existencia de una amenaza a la paz” y se formulen recomendaciones para frenar los supuestos planes agresivos de Washington.
El Gobierno de Maduro señala un despliegue “sin precedentes” de fuerzas estadounidenses, que incluye destructores, aviones de combate, tropas de élite e incluso un submarino nuclear cerca de las costas venezolanas, presentado como una operación contra el narcotráfico que Washington vincula con Maduro. Sin embargo, Caracas rechaza estas acusaciones, calificándolas de “pretexto fabricado” para vulnerar su soberanía, en un paralelismo con la invasión de Irak en 2003.
La carta destaca tres declaraciones “peligrosas” de Trump: su discurso del 22 de septiembre en la Asamblea General de la ONU sobre el uso del poder militar para “volar” a traficantes relacionados con Venezuela; la notificación al Congreso el 3 de octubre de un “conflicto armado no internacional” contra cárteles; y su mención el 4 de octubre de “buscar por tierra” a los supuestos narcotraficantes, interpretado por Venezuela como un indicio de ataque inminente.
Este escenario se desarrolla en medio de crecientes tensiones, exacerbadas desde hace ocho semanas por operaciones navales estadounidenses contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico, que han dejado al menos 21 muertos. Cuba también alertó este jueves sobre los “pretextos inaceptables” de Estados Unidos para un posible ataque y llamó a una movilización internacional.
Venezuela subraya que es un país en paz, sin conflictos con terceros, pero dispuesto a defender su independencia. Esta solicitud diplomática pone a prueba al Consejo de Seguridad, presidido por Rusia, aliada de Caracas, mientras Estados Unidos insiste en que sus operaciones se centran en combatir el narcotráfico.
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