El encuentro, celebrado en la Husseiniyyeh Miftah al-Najaf Ashraf en honor al Imam Reza (La paz sea con él), reunió al Ayatollah Mohammad Mahdi Hosseini, representante del Líder de la Revolución Islámica en Irak; al Hoyyat al-islam Sayyed Ala Hashemi Shahroudi, Cónsul General de Irán; a responsables del seminario; y a una delegación de profesores y estudiantes iraníes. El Ayatollah Arafi expresó su agradecimiento a los organizadores, al representante del Líder, al Cónsul General y a las familias de los estudiantes, reconociendo su papel decisivo en el sostenimiento de la “pesada carga” de la educación, la enseñanza y la difusión religiosa.
El legado perdurable de Najaf como faro chiita
El Ayatollah Arafi inició su intervención exaltando la larga y destacada relevancia de Najaf en la historia islámica y chiita, describiéndola como un “punto luminoso y un centro influyente” que ha moldeado el panorama intelectual de la fe durante siglos. Subrayó la fundación de la Universidad Internacional Al-Mustafa como prueba del vasto potencial de los seminarios para difundir las enseñanzas de Ahl al-Bayt (ellos La paz sea con), calificando esta herencia como una “parte integral” de la identidad seminarística, cuya erosión debilitaría los mismos pilares de las ciencias religiosas.
El seminario: una cadena vital e ininterrumpida de conocimiento
Al reflexionar sobre el viaje milenario del seminario, el Ayatollah Arafi destacó su constante vitalidad, apoyándose en las ideas del mártir Morteza Motahhari para describirlo como una “disciplina ininterrumpida” que enlaza a las grandes personalidades desde Sheij Tusi hasta los eruditos contemporáneos.
“Esta cadena se extiende sin interrupciones —desde Rey y Qom hasta Bagdad, Hilla, Isfahán, Mashhad y Najaf— formando una única y luminosa historia”, afirmó.
El clérigo destacó también la relación histórica del seminario con los poderes políticos, relación que en ocasiones ha impulsado su prosperidad y en otras ha provocado retrocesos.
“Los jóvenes estudiantes deben comprender estas fortalezas y debilidades históricas para trazar sabiamente el futuro”, aconsejó.
El “triángulo” fundamental del conocimiento chiita: Qom, Bagdad y Rey
El Ayatollah Arafi resaltó el “triángulo fundamental” conformado por Qom, Bagdad y Rey —al que se suman Hilla e Isfahán— como la cuna de la erudición islámica y chiita. Bagdad, patria de Sheij Mufid y otras eminencias; la prolífica Rey; y la dinámica Qom, forjaron contribuciones seminales en jurisprudencia, teología y hadiz, señaló.
Alabó igualmente la eminencia medieval de los seminarios de Hilla e Isfahán, citando las obras perdurables de Mohaqqiq al-Hilli, Khwaja Nasir al-Din al-Tusi, Allamah Majlisi y otros grandes. Incluso en medio de turbulencias como las invasiones mongolas o los cambios políticos safávidas, los ulemas chiitas demostraron una “visión cultural e intelectual”, transformando las adversidades en oportunidades para la expansión del conocimiento.
La “cambio de rieles” revolucionario del Imam Jomeini para los seminarios
Pasando a épocas modernas, el Ayatollah Arafi elogió al Imam Jomeini como el arquitecto de un “cambio de riel” trascendental en la historia de los seminarios.
“Su presencia en Najaf y el profundo vínculo entre Qom y Najaf crearon un canal vital que inauguró una nueva era para el seminario”, explicó.
El Imam —a quien llamó “el hombre del milenio”— encarnó una profunda comprensión de las dinámicas político-religiosas, abriendo un nuevo paradigma de dirección intelectual y social.
El alcance global de la Revolución Islámica: la escuela de Ahl al-Bayt en más de 100 países
El Ayatollah Arafi celebró los logros de la Revolución Islámica, señalando que la escuela de Ahl al-Bayt (ellos La paz sea con) hoy está presente en más de 100 países mediante iniciativas locales.
“Tanto las instituciones seminarísticas como los movimientos intelectuales chiitas operan a escala global, y la Universidad Internacional Al-Mustafa ejemplifica estas capacidades ilimitadas”, afirmó.
Vigilancia ante la complejidad: Inteligencia Artificial y ciencias cognitivas
El Ayatollah Arafi advirtió sobre la creciente “complejidad” del mundo actual:
“Los seminarios deben equiparse —no solo en jurisprudencia tradicional, sino también frente a tecnologías emergentes como las ciencias cognitivas y la inteligencia artificial, que están dejando de ser herramientas para convertirse en modeladoras del pensamiento y de los futuros espacios intelectuales”.
Reveló que más de 50 investigadores en Qom trabajan activamente en proyectos de ijtihad integrados con inteligencia artificial, subrayando la postura previsora del seminario.
Equilibrio crítico: raíces tradicionales, ramas contemporáneas
Reiterando un principio esencial, el Ayatollah Arafi insistió en la doble misión del seminario:
“Preservar la jurisprudencia tradicional mientras se expande el discurso contemporáneo —comparándolo con los estatutos modernos para satisfacer las necesidades del Estado y de la sociedad”.
Este equilibrio requiere “planificación estratégica, inversión de recursos y una pedagogía especializada”, enfatizó.
Homenaje al legado perdurable del Ayatollah Sayyed Mahmoud Hashemi Shahroudi
Al concluir, el Ayatollah Arafi honró al “noble y valioso” Ayatollah Sayyed Mahmoud Hashemi Shahroudi, cuyas “ideas, discípulos, obras y bendiciones” continúan beneficiando a la comunidad.
“La enciclopedia de jurisprudencia que él promovió constituye una cima de gloria para los chiitas y un testimonio de su invaluable legado”, aseguró.
El discurso, que resonó entre los asistentes en el ambiente sagrado de Najaf, reafirmó la capacidad adaptativa del seminario y su misión de alumbrar el camino de la humanidad mediante un conocimiento equilibrado y con visión de futuro.
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