15 octubre 2025 - 00:54
fuente: Abna24
Fotoperiodista estadounidense denuncia brutalidad extrema y amenazas de violación tras ataque israelí a la Flotilla de la Libertad

La fotoperiodista estadounidense Noa Avishag Schnall relató los brutales abusos, torturas y humillaciones que sufrió durante su detención ilegal en Israel, tras el asalto a la Flotilla de la Libertad, misión humanitaria que intentaba romper el bloqueo contra Gaza. Schnall, nacida en Los Ángeles y residente en París, aseguró que ella y sus compañeros fueron víctimas de violencia extrema, amenazas de violación y saqueos por parte de los guardias israelíes.

Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA):  Noa Avishag Schnall, de ascendencia árabe-judía yemení, formaba parte de la embarcación Conscience (“Conciencia”), una de las naves de la Freedom Flotilla Coalition que transportaba médicos, periodistas y ayuda médica destinada a los hospitales de Gaza. La misión buscaba romper el cerco impuesto por Israel desde hace casi 18 años sobre el enclave palestino.

Schnall, quien trabajaba para el medio independiente Drop Site News, fue arrestada el pasado miércoles junto a otros 150 tripulantes cuando fuerzas navales israelíes abordaron la flotilla en aguas internacionales, a unas 19 millas náuticas de Egipto. En un video difundido tras su liberación, la fotoperiodista apareció con un ojo morado y visibles marcas de golpes, denunciando haber sufrido “brutalidad extrema” y “amenazas de violación”.

“Fuimos sometidos a múltiples procesos de registro y la primera de muchas revisiones sin ropa. Al menos una mujer fue penetrada por los guardias, que se reían de su dolor”, relató Schnall, asegurando que los soldados también saquearon pertenencias personales durante las inspecciones.

Según su testimonio, los prisioneros fueron divididos por género, esposados con correas plásticas, vendados y trasladados primero al puerto de Ashdod, y luego a la prisión de Kziot, en el desierto del Naqab, un centro de detención conocido por albergar a palestinos bajo régimen administrativo. “Nos dieron cobijas sucias y colchones delgados en el suelo. Algunos compañeros iniciaron una huelga de hambre”, añadió.

Posteriormente, fueron enviados a la prisión de Givon, donde la violencia continuó. Schnall afirmó haber sido colgada de los grilletes de metal de sus tobillos y muñecas y golpeada en el estómago, la espalda, la cara, los oídos y la cabeza. “Uno de los guardias se sentó sobre mi rostro, bloqueando mis vías respiratorias”, dijo.

Los hombres, añadió, fueron atormentados con perros y armas, mientras las mujeres eran amenazadas con gas pimienta. “Nos despertaban en nuestra celda con amenazas de violación”, subrayó la periodista.

Los detenidos fueron interrogados en una corte improvisada donde se les exigía firmar una deportación voluntaria y reconocer una supuesta “entrada ilegal” a territorio israelí. “Cuando exigí ver a mi abogado, un guardia levantó su radio hacia mi cara, burlándose en hebreo: ‘Dilo otra vez’”, recordó.

Finalmente, los sobrevivientes fueron deportados por el puente Allenby, que conecta Cisjordania con Jordania, donde los esperaban representantes de la Coalición de Flotillas y organizaciones humanitarias. Poco después de su liberación, se anunció un nuevo alto al fuego entre Israel, Estados Unidos y Hamás.

“Aunque las flotillas no lograron llegar a Gaza, nuestras motivaciones siguen intactas. No pudieron quebrarnos”, aseguró Schnall. “El cerco se romperá. Estamos con Palestina.”

El ataque a la Flotilla de la Libertad, perpetrado el 8 de octubre, fue el segundo en una semana, luego de que Israel interceptara la Global Sumud Flotilla y detuviera a más de 450 activistas, entre ellos la activista sueca Greta Thunberg.

Los testimonios de Schnall coinciden con los de otros participantes, como el periodista mexicano Ernesto Ledesma, director de Rompeviento TV, quien también denunció torturas y golpizas: “Lo que sufrimos fue tortura. Te doblan los hombros hasta que sientes que se dislocan, y te tiran al piso mientras caen sobre tu espalda con las rodillas”, declaró a SinEmbargo Al Aire.

Pese a las agresiones, los activistas insisten en que su sufrimiento no se compara con el de los palestinos sometidos al asedio israelí. “Miles de palestinos siguen presos sin cargos bajo condiciones inhumanas”, recordó Schnall.

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